'Cadáveres': el asesinato del pasado
La serie parte de una investigación para contar una historia más clásica de viajes en el tiempo
Los viajes en el tiempo son un subgénero de la ciencia ficción bien explotado y tratado a estas alturas. Ya utilicen agujeros de gusano, portales de diferentes tipos, viajes astrales o sofisticados sets de lo que parece realidad virtual, ya se desplacen en el tiempo los cuerpos o solo la consciencias, la ficción les ha dado mil vueltas y resulta complicado encontrar algo diferente, por lo que siempre es agradable ver una propuesta con cierta originalidad.
En el caso de Cadáveres, esa diferencia llega en su punto de partida, que es un mismo cuerpo desnudo aparece en el mismo callejón de Londres en tres épocas distintas: 1890 (solo dos años después de los asesinatos de Jack el Destripador), 1941 (en pleno blitz de la Segunda Guerra Mundial) y 2023. En cada era, un agente de la Policía Metropolitana se encarga de investigar el caso, que está muy influido por las circunstancias sociales de cada momento. El inspector de 1890 intenta aplicar un método científico en un momento en el que el trabajo policial se basaba más en intuiciones y rumores, mientras el de 1941 sufre discriminación por ser judío y, además, trabaja para una organización mafiosa. La de 2023 es una mujer musulmana que ve el mundo de una manera muy diferente a sus compañeros.
Todos ellos se encuentran trabas y obstáculos provenientes de unos misteriosos personajes cuyos tentáculos alcanzan todos los estamentos posibles y que repiten una frase constantemente, “sabes que eres querido”. Eso ya pone al espectador sobre la pista de que existe algún tipo de culto o secta detrás de toda la historia, al menos hasta que descubrimos que hay una cuarta aparición de ese “cadáver”; en 2053, en un futuro tirando a distópico controlado por un misterioso hombre omnipresente, una policía aumentada tecnológicamente también se lo encuentra en el mismo callejón.
En ese hombre del futuro, que en las marquesinas virtuales presenta una imagen de tirano benévolo, reside la clave de todo. Los ocho episodios desenredan poco a poco la maraña que ha creado a partir de un trauma infantil que lo convierte en un adulto que persigue todo el rato ser querido. Sus intentos de llenar ese vacío son la piedra fundacional de toda la historia, algo bastante diferente de otras historias de este corte y que aporta el hilo conductor entre todas las épocas. Un hilo conductor que para la audiencia está más que claro, pero que elude a sus investigadores, y no sólo porque les resulta imposible comunicarse entre los diferentes años.
Cada uno de esas cuatro eras tiene sus circunstancias y su tono especiales. La de la actualidad sigue las líneas maestras de cualquier policiaco británico de esta década de 2020, con su inspectora con una situación familiar diferente y compañeros de los que duda si puede fiarse, mientras la de 1890 va ganando más peso conforme descubrimos ciertas capas del policía al cargo (interpretado por Kyle Soller, más conocido por ser Syril en Andor) y éste empieza a darse cuenta de que existe algún tipo de sociedad secreta moviendo los hilos de todo. Por su parte, la de 1941 se encaja en una trama de oportunistas que quieren hacer negocio aprovechando la confusión provocada por los constantes bombardeos alemanes sobre Londres al principio de la Segunda Guerra Mundial, situando a su policía en un mundo de espías y gente sin escrúpulos al que él, por otra parte, pertenece de lleno.
Y luego está el apartado en 2053. Toda serie de viajes en el tiempo que se precie ha de presentar un futuro que sus personajes deben evitar o modificar (solo se preservan el presente o la Historia). En este caso, ese futuro es de los que, a primera vista, no parece tan terrible, hasta que se va contando la sucesión de hechos que llevó a ese punto. Recuerda ligeramente a otro futuro, el mostrado en The peripheral, en el sentido de que lo que los personajes trabajan para evitar, quizás, esté destinado a ocurrir.
Eso es algo que siempre resulta una piedra de toque irrenunciable. ¿Se puede alterar realmente el curso de la historia, incluso a una escala mínima? Obras como 22.11.63 establecían su imposibilidad: su protagonista intentaba por todos los medios impedir el asesinato de Kennedy y, cada vez que tomaba alguna decisión que lo comprometía seriamente, el continuo temporal actuaba para que no pudiera hacerlo. Luego existen otras que basan su existencia en que, si alteras algo, puedes generar una onda expansiva en el tiempo todavía peor que lo que pretendías cambiar, o el clásico punto de partida de El ruido de un trueno, de Ray Bradbury, en el que un viajero temporal en la Prehistoria mata por accidente una mariposa y provoca una alteración monumental en el futuro.
Cadáveres juega con la idea de que, por un lado, el pasado es fijo y, por otro, el tiempo no tiene por qué ser lineal, ni estar constituido por una sucesión de causas y efectos. O sí, pero no en el orden convencional. Ese juego está ahí, en parte, para generar tensión en las historias del pasado porque, evidentemente, desde 2023, lo que hicieran los policías de 1890 y 1941 está documentado y escrito en piedra, pero ellos están viviéndolo como su presente. Y lo que averigüen es información importante para 2053, que es donde se encuentra la verdadera posibilidad de actuar, donde el futuro está aún por determinar.
¿O no es así? Otro clásico de los viajes en el tiempo son los bucles temporales, las historias de personajes que se encuentran constantemente de vuelta en el punto de partida, por mucho que intenten escapar. El destino, el libre albedrío, la repetición de la historia, el eterno retorno… Se puede observar Cadáveres desde explicaciones filosóficas variadas y desde la óptica de los misterios, las aventuras temporales y las historias con villanos que, con tal de conseguir un propósito muy personal y privado para ellos, son capaces de ver el mundo arder. Lo que sea, con tal de sentirse queridos.
Los datos de la serie
Dónde verla: Netflix.
Temporadas y capítulos: Una, de ocho episodios.
Creador: Paul Tomalin, basado en el cómic de Si Spencer.
Reparto: Jacob Fortune-Lloyd, Shira Haas, Kyle Soller, Amaka Okafor, Stephen Graham, Greta Scacchi.
Si quieres más
Leer: Parentesco, de Olivia Butler, cuenta la historia de una joven negra que, inexplicablemente, viaja de la California de los 70 a una plantación esclavista en la Guerra de Secesión.
Ver: Viajeros se centra en personas que pueden poseer conciencias de personas en el pasado para viajar en el tiempo.
Escuchar: What a difference a day makes, de Dinah Washington, cierra el primer episodio de la serie.