'Yellowjackets': la culpa del superviviente
Si 'Viven', 'El señor de las moscas' y 'Perdidos' tuvieran una hija, sería esta serie
En 2017, los directores Scott McGehee y David Seigel fueron contratados para hacer una nueva versión de El señor de las moscas en la que sus protagonistas fueran chicas en lugar del grupo de chicos que queda abandonado en una isla desierta del original. El anuncio fue recibido en redes sociales con comentarios irónicos de todo tipo, incluyendo alguno en el que se afirmaba que un grupo de chicas no habría acabado matándose entre ellas y que si todo lo que iban a hacer era ayudarse mutuamente hasta la muerte. Cuando la guionista Ashley Lyle leyó todas aquellas reacciones pensó: “ninguno de vosotros ha sido nunca una adolescente”.
Parte del germen de lo que luego sería Yellowjackets se encuentra ahí, en esa versión femenina del libro de William Golding. Lyle y su marido, Bart Nickerson, que se habían forjado escribiendo para Los Originales y Narcos, entre otras, idearon una serie en la que un equipo femenino de fútbol de instituto de Nueva Jersey tiene un accidente de avión cuando viaja a la final del campeonato nacional. Las supervivientes se quedan aisladas en los bosques de la parte canadiense de las Montañas Rocosas, intentando sobrevivir como puedan hasta que alguien las encuentre y las rescate. Pasará más de un año hasta que eso ocurra.
La premisa también recuerda un poco a la peripecia del equipo de rugby uruguayo cuyo avión a Chile se estrelló en los Andes en 1972, una historia que han contado las películas ¡Viven! y la próxima La sociedad de la nieve. Sin embargo, Yellowjackets encuentra una manera de despejar de un manotazo todas esas referencias y presentar algo solamente suyo: lo primero que vemos en la serie es cómo una chica en camisón es perseguida a través de la nieve, cómo muere empalada al caer en una trampa y cómo es devorada por el resto, que oculta sus caras con elaboradas máscaras. ¿Quién decía que un El señor de las moscas femenino no iba a ser brutal?
La serie, de todos modos, no se queda solo en mostrar el proceso por el que las supervivientes acaban entregándose al canibalismo ritual. En paralelo vemos a cinco de ellas unos veinticinco años más tarde, cada una de las cuales regresó a su vida como mejor pudo. Por ejemplo, Shauna se casó con su novio (o amante, más bien) del instituto y es un ama de casa corriente, mientras Taissa se presenta a senadora, Misty trabaja como auxiliar de enfermería una una residencia de ancianos y Natalie se ha pasado esas dos décadas entrando y saliendo de centros de desintoxicación. Ninguna de ellas mantiene el contacto con las demás y jamás han contado lo que ocurrió en las montañas. Hasta que alguien empieza a chantajearlas.
¿Qué tiene, entonces, Yellowjackets que la hace merecedora del título de “serie friki” si su premisa apunta más bien a un drama intenso sobre el trauma y la culpa del superviviente? Pues que ese trauma y esa culpa se revisten de elementos sobrenaturales. Unas cuantas de ellas están convencidas de que en el bosque había algo, una especie de entidad paranormal, un dios pagano de la naturaleza que regía sus días y a quien había que apaciguar para que las ayudara a salir adelante. Y también creen que esa entidad las siguió cuando volvieron a casa.
¿Es eso cierto o no es más que una manifestación extrema de su estrés postraumático? Yellowjackets juega con la ambigüedad o, más bien, concede que si sus personajes creen que es real, va a tratarlo como si lo fuera. Quien más se entrega a esa certeza es Lottie, que toma medicación para controlar su enfermedad mental y que ya antes del accidente tenía visiones de tinte religioso que, evidentemente, la asaltan con fuerza una vez quedan atrapadas en las montañas. Y creer en dicha fuerza espiritual se convierte en la opción más sencilla conforme pasan los días, las semanas y los meses y todas se dan cuenta de que nadie va a rescatarlas.
Lo que más destacó rápidamente de la serie es la gran labor de casting realizada para encontrar a las actrices que interpretan a los personajes en sus dos versiones, la adolescente de los 90 y la adulta en el presente. Ahí se eligió a mujeres que, precisamente, habían despuntado en aquella década y hasta habían sido grandes estrellas, como Winona Ryder y Juliette Lewis (sinónimas del Hollywood de los 90), a quien acompañaban Tawny Cypress y Melanie Lynskey (que había debutado en 1994 con Criaturas celestiales). Sus contrapartidas adolescentes (Samantha Hanratty, Sophie Thatcher, Yasmine Savoy Brown y Sophie Nélisse) no eran tan conocidas pero parecían haber atravesado un proceso de simbiosis con ellas para dar vida a los mismos personajes.
El otro aspecto que enseguida quedó claro de Yellowjackets es que se iba a zambullir hasta el fondo en el gore, los detalles de terror, el culto tirando a sectario a quien se cree que se comunica con la entidad de los bosque y hasta el humor negro y retorcido. Podría haber sido un drama muy serio y trascendental, pero prefiere añadir todos esos toques que se potencian en la segunda temporada, la última vista hasta ahora. Para sus protagonistas, entregarse a las explicaciones sobrenaturales es la manera del procesar el trauma y, quizá, hasta de quitarse parte de esa culpa del superviviente que sienten con tanta fuerza veinticinco años después como el mismo día que las rescataron.
Ahí está el detalle que la separa de aquella versión femenina de El señor de las moscas que llamó la atención de Ashley Lyle (en parte porque ya estaban desarrollando la serie y creían que ese proyecto podía obstaculizar el suyo): abrir el primer episodio con una secuencia digna de una sesión de medianoche de un festival de cine de terror es una declaración de intenciones imposible de ignorar.
Los datos de la serie
Dónde verla: Movistar Plus+.
Temporadas y capítulos: Dos, de diez y nueve episodios respectivamente.
Creadores: Ashley Lyle y Bart Nickerson.
Reparto: Melanie Lynskey, Christina Ricci, Tawny Cypress, Juliette Lewis, Sophie Nélisse, Sophia Thatcher, Ella Purnell, Yasmine Savoy Brown.
Si quieres más
Leer: El señor de las moscas (1954), de William Golding. Es el referente más claro de la serie con su historia de una treintena de chicos muy jóvenes que quedan atrapados en una isla desierta.
Ver: The Wilds (2020), serie sobre un grupo de chicas adolescentes que sufre un accidente de avión en una isla desierta. Por supuesto, nada es lo que parece ni en esa isla ni en el accidente.
Escuchar: Just a girl, de Florence + The Machine. Es una versión del éxito de No Doubt hecha específicamente para la segunda temporada de la serie. Hasta hay un vídeo del reparto cantándola en playback.