'Wynonna Earp': al Oeste del infierno
La leyenda de Wyatt Earp, Buffy y mucho sentido del humor
Dar una vuelta de tuerca contemporánea a personajes clásicos de la ficción (o de la historia) es uno de los trucos más viejos en el arsenal de Hollywood para buscar nuevas historias. En 2016, de hecho, coincidieron en televisión (y en el mismo canal, Syfy) dos de estas reimaginaciones que, para mayor serendipia, adaptaban sendos cómics: Van Helsing, sobre una descendiente del cazador que iba detrás de Drácula (y creada por, de entre todos los guionistas, Neil LaBute), y Wynonna Earp, otra descendiente de un personaje, en este caso, mitad histórico y mitad legendario como es el sheriff Wyatt Earp.
Earp, como Billy el Niño, Buffalo Bill y otras tantas personas que se hicieron conocidas durante la colonización, por parte de los casi recién nacidos Estados Unidos, del Salvaje Oeste, existió de verdad entre mediados del siglo XIX y principios del siglo XX. Fue sheriff en diferentes ciudades y pueblos, conocido por la dureza de sus métodos, y el enfrentamiento que lo convirtió en leyenda, inmortalizado varias veces por el cine, fue el que sostuvo con los hermanos McLaury y Clanton en Tombstone. Ese mito es el punto de partida de Wynonna Earp. Su protagonista es una joven, tataranieta del sheriff, que se pasa toda la vida huyendo de la maldición que persigue a su familia, por la que, al cumplir los 27 años, heredará el revólver mágico de Wyatt, con el que tiene que devolver al infierno a 77 demonios que han escapado de él después de que su tatarabuelo los matara.
Wynonna no solo intenta escapar de esa maldición que, por supuesto, al final la alcanza; también quiere eludir una tragedia familiar pasada y el peso de regresar a su pueblo, Purgatory, donde aún vive su hermana pequeña, Waverly. Puede decirse que es pendenciera y tiene tendencia a meter la pata, pero Wynonna es también leal y, por mucho que asegure que no, se toma la madición muy en serio. Y así es como tenemos la serie: Wynonna debe de eliminar a esos 77 renacidos si quiere desactivar esa oscura tradición familiar y, de paso, acaba enfrentada a su propio pasado y entrando en contacto con una agencia gubernamental secreta que se dedica a investigar casos donde hay involucradas criaturas sobrenaturales.
Con esta premisa, podríamos decir que Wynonna Earp es serie B y hasta correría el riesgo de caer en la exploitation más básica (que es el camino en el que se mueve el cómic de Beau Smith en el que se basa), pero hay algo que la convierte en otra cosa, y es su sentido del humor y su gran cariño por todos sus personajes. El legado de Buffy, cazavampiros es innegable, y también el de esas ficciones fantásticas canadienses que desembarcaban en las cadenas de cable básico estadounidenses en verano ofreciendo muchas veces un entretenimiento sin complejos ni prejuicios que hacía bastante falta.
La creadora de Wynonna Earp, Emily Andras, proviene de hecho de aquellas series, con títulos como Lost girl o Killjoys en su currículum. Desde el principio es consciente de que la historia de Wynonna puede ser ridícula, así que se adelanta jugando a conciencia con los elementos de terror a lo Sam Raimi, con la manera que Wynonna tiene de huir de sus problemas entregándose al whisky y la fiesta, con ese Doc Holliday inmortal que se siente desubicado y con detalles como tener a una bruja que conduce un Cadillac rosa.
Y, sobre todo, el centro de todo está en las hermanas Earp. La tragedia que vivieron de pequeñas aún las persigue, pero la manera en la que han lidiado con ella es diferente para cada una. Y aunque Wynonna estuvo ausente de Purgatory mucho tiempo, lo que dejó a Waverly sola para ganarse la vida y mantener el rancho familiar, el vínculo que las une es mucho más fuerte que cualquier reproche, sobre todo cuando las criaturas quieren arrastrarlas el infierno con ellas.
Wynonna Earp aúna el humor tontorrón, el terror guarrete, los códigos del western (con unos paisajes nevados espectaculares) y unos personajes femeninos fuertes en el sentido de ser tridimensionales, valerse por sí mismos y, al mismo tiempo, estar llenos de defectos e inseguridades. Además, trazó desde el principio una historia de amor que conquistó a sus muy ruidosos y activos fans, la de Waverly con Nicole Haught, la ayudante del sheriff de Purgatory, que acaba formando parte de esa gran familia encontrada que termina acogiendo a Wynonna.
WayHaught es solo la punta del iceberg de esa comunidad fan que sostuvo a la serie durante un momento en el que, por culpa de los problemas financieros de su productora, parecía que terminaría en la tercera temporada pese a que Syfy la había renovado por una cuarta. La movilización del fandom tuvo parte de la culpa de se encontrara a otra compañía que se hiciera cargo de aquella cuarta entrega que, al final, terminaría siendo la última, y es posible que también sea algo responsable de que, tres años después de su cierre, Tubi (un servicio de streaming de Fox) cuente de nuevo con ella para una tv movie.
Las razones detrás de esas múltiples vidas de Wynonna Earp están en algo que comparte con otras series de género protagonizadas por mujeres que, al principio, la crítica más seria menosprecia, como Orphan Black o hasta Xena, la princesa guerrera: se toman en serio lo justo para bromear sobre sus premisas, son autoconscientes, y construyen la ficción alrededor de unos personajes con los que los espectadores quieren pasar todo el tiempo posible.
P.D.: Hasta mediados de marzo, aproximadamente, esta newsletter va a tomarse un pequeño descanso. Tened cuidado ahí fuera.
Los datos de la serie
Dónde verla: No disponible actualmente en España.
Temporadas y capítulos: Cuatro, de entre doce y trece episodios.
Creadora: Emily Andras, basada en los cómics de Beau Smith.
Reparto: Melanie Scrofano, Dominique Provost-Chalkley, Tim Rozon, Katherine Barrell, Greg Lawson, Shamier Anderson.
Si quieres más
Leer: Dodge City, de Tom Clavin, cuenta la historia real (o todo lo real que puede serlo) de Wyatt Earp y Bat Masterson, sheriffs legendarios del Salvaje Oeste.
Ver: Van Helsing es una reimaginación en clave femenina de ese cazavampiros de Drácula que estuvo en emisión a la vez que Wynonna Earp.
Escuchar: Tell that devil, de Jill Andrews, es la sintonía de la serie.