'Willow', la fantasía también puede ser divertida
La secuela de la película de Ron Howard apuesta por la ligereza
En la fantasía hay ciertos tropos y arquetipos muy fácilmente reconocibles que parten de El Señor de los Anillos y que podemos decir que se expandieron gracias al juego de rol Dungeons & Dragons: el grupo de compañeros, cada uno con una habilidad especial, que parte en una misión de la que depende el destino del mundo. En el rol, las diferentes habilidades de cada miembro de la partida se complementan para enfrentarse mejor a las pruebas que surjan por el camino; siempre es buena idea que, aparte del guerrero diestro con la espada y el experto arquero, haya un mago sabio y un ladrón.
Esta base ha servido para sagas literarias y para obras audiovisuales, y sobre ella construye buena parte de su andamiaje Willow, serie de Disney+ que se suma a la moda actual de explotar IPs (o propiedades intelectuales) que tuvieron cierto éxito en el pasado y que cree que, si a los espectadores ya les suenan, tienen más probabilidades de triunfar que con un título completamente nuevo y, de entrada, desconocido. Hay que añadir, además, que con la compra de Lucasfilm por parte de Disney, esta compañía buscaba la manera de resucitar algunos de sus grandes triunfos para aprovecharlos décadas más tarde. De ahí llegaron la nueva trilogía y las series de Star Wars o veremos en breve una quinta película protagonizada por Indiana Jones.
Es cierto que el caso de Willow es un poco especial porque, aunque en su momento funcionó bien en taquilla y tuvo una segunda vida en el mercado doméstico, no era la película que venía a la mente al pensar en las propiedades de Lucasfilm. Tal vez por eso, su serie ha tenido bastante manga ancha para continuar la historia de una manera más orgánica y que funciona tanto como secuela directa como una aventura muy entretenida para la que no es necesario haber visto en acción a Madmartigan, Willow y la bebé Elora.
Porque lo que Jon Kasdan, hijo de Lawrence Kasdan y responsable de la serie, hace es llevarnos a unos cuantos años después del final de la película. Willow consigue derrotar a la malvada bruja Bavmorda, que quiere matar a Elora porque es la emperatriz profetizada, la que acabará con las fuerzas oscuras que pretenden dominar la tierra. Casi dos décadas después, Sorsha, hija de Bavmorda, es la reina de Tir Asleen con dos hijos gemelos, Kit y Airk, y un marido, Madmartigan, que desapareció años atrás en una misión de la que nadie conoce su objetivo. El rastro de Elora se perdió; se desconoce dónde está y si sabe quién es y el destino que le aguarda, y Sorsha y Willow tomaron esa decisión para impedir que los sucesores de Bavmorda la encontraran y la utilizaran para traer de vuelta al verdadero villano de la función, el Wyrm.
El secuestro de Airk lleva a que parta un grupo a rescatarlo de las garras de la Bruja, la nueva servidora del Wyrm, que lo tiene apresado en la Ciudad Inmemorial, más allá del Mar Destrozado. El grupo lo forman el propio Willow, ahora más mayor y con reputación de ser un gran hechicero; Kit, la hermana de Airk, que se rebela contra su destino de princesa, que incluye un matrimonio de conveniencia con Graydon, príncipe del reino vecino, un tipo tímido y que prefiere los libros a la espada; Jade, aprendiz de caballero que es la mejor amiga de Kit (y, quizá, algo más); Boorman, antiguo compañero de armas de Madmartigan para quien la misión es una oportunidad de redimirse, y Dove, una joven cocinera que está enamorada de Airk y que se suma a la partida como polizón.
Willow es modélica en su seguimiento de esos tropos clásicos de la fantasía: cada miembro del grupo tiene sus habilidades especiales, hay una (o dos) que se ve de repente como la Elegida y que no está segura de merecerlo ni de quererlo, Willow lidia con su propio síndrome del impostor porque sabe que su fama se construye sobre un engaño, y todos los personajes viven sus personales viajes del héroe, especialmente Kit, a quien le pesa enormemente la sombra de su padre y, sobre todo, de su abandono en pos de algo que no le parece real.
Esa evolución de los personajes y de las relaciones que se forjan entre ellos es lo que más destaca de sus ocho episodios, que entrelazan los puntos clave de la película con esa nueva aventura que, al fin y al cabo, protagonizan los hijos de los héroes (y los villanos) del original. El peso del legado es uno de los aspectos cruciales de la serie, sobre todo porque influye en el viaje interno que llevan a cabo sus jóvenes protagonistas, un viaje que va desde reconocer que uno es más leal y sentimental de lo que parece, que otra alberga en su interior un poder que no puede ocultar o que esas dos amigas de la infancia, en realidad, están enamoradas y solo les queda reconocerlo.
Ese romance entre Kit y Jade fue un aspecto muy celebrado durante la emisión de Willow porque era una de las pocas veces que un producto de Disney no trataba una relación LGTBI como algo secundario que si parpadeas, te lo pierdes, sino que le daba espacio e importancia sin hacer, al mismo tiempo, que fuera lo único que definía a ambos personajes. Y era, además, la historia de amor principal de la temporada, si bien no la única.
La serie recupera algo que era muy típico en la fantasía de los 80, que es estar presidida por la diversión y el sentido del humor. El éxito de las películas de El Señor de los Anillos y de Juego de tronos llevó a que pareciera que el género tiene que ser oscuro y muy serio para que el público se acerque a él, pero lo que enganchó inicialmente a muchos de sus fans era que proporcionaba entretenimiento de gran nivel con personajes memorables. Y ahí resultaba importante el sentido del humor, que ya estaba presente en la película a través de, sobre todo, Madmartigan. Willow comprende que la fantasía también es diversión, y nosotros se lo agradecemos.
Los datos de la serie
Dónde verla: Disney+.
Temporadas y capítulos: Una, de ocho episodios de una hora.
Creador: Jon Kasdan.
Reparto: Warwick Davies, Ruby Cruz, Ellie Bamber, Tony Revolori, Dempsey Bryck, Erin Kellyman, Amar Chadha-Patel, Joanne Whalley
Si quieres más
Leer: Crónicas funestas, de Ángela Porras. Es fantasía que se sale de lo habitual y que también tiene un sentido del humor algo particular.
Ver: Willow (1988), de Ron Howard. Qué mejor que echar un vistazo a la película que lo empezó todo.
Escuchar: The Metallica Blacklist. Es un disco cuádruple de versiones de algunos de los mayores éxitos de la banda a cargo de artistas de lo más variado. En él se incluye la versión de Rima Sawayama de Enter sandman que suena en la serie.