'Sugar': el detective accidental
La serie de Apple TV+ es un noir clásico con un giro totalmente inesperado
¿Cómo hablar de una serie que incluye una monumental revelación en su antepenúltimo episodio sin mencionarla? O, mejor aún, ¿es necesario mantenerla en secreto después de su primera emisión? ¿Saberla estropea el visionado de la serie desde el principio o lo enriquece? Estos debates rodearon la emisión de Sugar este verano en Apple TV+. Algunos críticos animaban a los espectadores a ponerse al día con rapidez antes de amigos o, directamente, otros críticos les estropearan el giro. Esos otros críticos sostenían que, si ese “misterio” se hubiera sabido desde el comienzo, la serie habría sido un 40% mejor.
Si os parece bien, vamos a hacer algo a medio camino: hablaremos en general de Sugar pero después, en los últimos párrafos, entraremos en spoilers. Que es, simplemente, comentar con libertad ese giro que, francamente, no quita nada del interés ni de la diversión de la primera temporada, una que cuenta con Colin Farrell dando su personal versión de un detective privado del clásico noir del sur de California, ese cimentado en las obras de Raymond Chandler y Ross MacDonald y en el que sus investigadores son contratados por gente rica y poderosa que no quiere que se sepa que anda metida en negocios turbios.
Más o menos, a eso se dedica John Sugar. Lo contratan a través de una intermediaria y sus trabajos suelen ser al servicio de clientes con dinero e influencia, da igual que sean mafiosos japoneses que leyendas vivas de Hollywood. Ese último caso lo lleva a entrar en contacto con los miembros de una familia de productores de cine. La saga la levantó en su día el abuelo, que contrata a Sugar para que averigüe qué ha pasado con su nieta, que lleva semanas desaparecida, ante el desinterés del resto de su familia. El encargo es especial para Sugar porque lo sitúa cerca de ese cine clásico que tanto adora, y también porque cree ver cierta conexión personal con la chica en cuestión.
Los rasgos del cine negro más clásico están por todas partes, desde la personalidad del abuelo productor, el lado oscuro de su otro nieto, la colección de personajes descarriados que Sugar se va encontrando y sus propios fantasmas, los barrios de Los Ángeles por los que se mueve… Las sombras de Chinatown, En un lugar solitario, El sueño eterno y hasta Harper, investigador privado se dejan ver en cada fotograma, y no solo porque el director de varios de sus capítulos, Fernando Meirelles, incluya algunas escenas de esas películas como parte de los pensamientos de Sugar.
La tensión entre quienes lo tienen todo y quienes ha de mendigarlo, de los hombres que se creen con derecho de tomar lo que quieran cuando quieran, de los tipos violentos a quienes solo les importa el dinero que les paguen y de otros que, en aras de un objetivo más elevado, no tienen inconveniente en pactar con lo más cercano al diablo que encuentren… Todo son características clásicas del noir, un género del que se confiesa un admirador el creador de la serie, Mark Protosevich, guionista, entre otras, de Soy leyenda, Thor y el remake estadounidense de Oldboy.
Pero que Sugar esté tan entroncada con la tradición del cine negro hollywoodiense no es suficiente para ganarse un hueco en esta newsletter de “series frikis”. Ciertamente, es una ficción friki por ese amor desatado por Johnny Guitar y Los sobornados de su personaje, pero hasta este momento, todas las series que han pasado por esta newsletter son de temática fantástica, de ciencia ficción y hasta, en contadas ocasiones, de terror. Entonces, ¿qué pasa con Sugar? A partir de aquí llega el gran spoiler. Ya sabes qué hacer si prefieres ver la serie sin saberlo.
Realmente, Sugar deja claro desde el principio que su detective no es exactamente quien dice ser. Su vestuario es siempre el mismo, jamás se altera, es capaz de beber sin emborracharse hasta dejar a otra persona al borde del coma etílico y, sobre todo, evita en lo posible la violencia. Cada vez que se enfrenta a alguien empeñado en pelearse con él, Sugar le advierte que, como con Hulk, no le gustará verle enfadado porque entra en unas espirales de destrucción de las que luego recuerda apenas destellos. Además, tanto él como su intermediaria parecen formar parte de algún tipo de sociedad más o menos secreta que vigila muy de cerca a todos su miembros, cada uno ocupado en un área distinta de la sociedad. ¿Qué está ocurriendo ahí?
Podríamos decir que Sugar es la versión buena de Invasión secreta, la miniserie de Marvel sobre los skrulls que, aprovechando su capacidad para adquirir la forma de cualquier ser vivo, están invadiendo todos los estamentos de la Tierra. Los alienígenas de la ficción de Apple TV+ tienen también su agenda, pero resulta muy interesante ver a Sugar bajo esa nueva luz porque se entiende mejor su obsesión por el cine, del que probablemente ha aprendido casi todo lo que sabe sobre el comportamiento humano. Y abre un sinfín de posibilidades para el personaje: ¿un extraterrestre que adopta apariencia humana y se dedica a resolver todo tipo de casos porque le encanta Glenn Ford? Dame seis temporadas y una película.
Sugar fue una de las pequeñas revelaciones del verano y un ejemplo del tipo de ficciones que hace Apple TV+ (o hacía, porque va a cerrar un poco el grifo). Protosevich ha contado que nadie en Hollywood quería su serie en cuanto contaba el giro, pero que la Manzana sí que se animó con ella, seguramente porque la ciencia ficción en diferentes variantes es uno de los platos fuertes de su catálogo. Ya decía, al fin y al cabo, Isaac Asimov que la ciencia ficción no era un género en sí misma, sino un “sabor” que añadir a otros géneros.
Los datos de la serie
Dónde verla: Apple TV+.
Temporadas y capítulos: Una, de ocho episodios.
Creador: Mark Protosevich.
Reparto: Colin Farrell, Amy Ryan, Sydney Chandler, Nate Corddry, Kirby Howell-Baptiste, James Cromwell, Anna Gunn.
Si quieres más
Leer: El expediente Archer, de Ross MacDonald, es una antología de relatos protagonizado por el detective privado Lew Archer, todo un clásico del noir del sur de California.
Ver: Remington Steele tenía a un detective que encontraba parecido a todos sus casos con momentos de películas clásicas.
Escuchar: Street Fighter Mas, de Kamasi Washington, es la sintonía de la serie.
Justo hace como un mes la vi, y tengo sentimientos encontrados con ella, ya que me encantó toda la cinematografía de la película y todos esos elementos noir que toman como esencia, pero si me “desencanto” cuando sueltan el giro de ciencia ficción, no me encantó esa idea, me hubiera gustado más que siguiera como humano “sobrehumano” más que un extraterrestre… y soy fan de la ciencia ficción pero se siente como una justificación “fácil” a todo y puede ser que por eso hay tanta división en las opiniones. Si sacan una segunda temporada, seguro ahí estaré, pero no sé si con la misma emoción que los primeros capítulos.