'Stargate: SG-1', la otra saga espacial
La franquicia de las puertas estelares dominó la tele de los 2000
Hasta que Expediente X regresó con dos nuevas temporadas en 2016, la serie de ciencia ficción más longeva de la televisión estadounidense era Stargate: SG-1, secuela de una de las películas de aventuras con las que Roland Emmerich y Dean Devlin conquistaron las taquillas en los 90. Aquella Stargate era una peripecia bastante clásica si tenemos en cuenta que se estrenó en medio de Soldado universal e Independence Day, los otros dos grandes éxitos de Emmerich en aquellos años: tomaba las historias de exploradores decimonónicos a lugares exóticos y le añadía el componente de que la exploración se hacía a través de un portal desenterrado de un yacimiento arqueológico en Egipto, y que conectaba con un planeta lejano cuyos habitantes, qué casualidad, eran alienígenas con un gran parecido con los antiguos egipcios.
La gracia aquí estaba en los dos protagonistas principales, un coronel del ejército (Kurt Russell) y un egiptólogo (James Spader) que aportaban la tensión presente entre los objetivos militares y el interés científico en una expedición de ese tipo. Allí encontraban, después, un pueblo oprimido por los goa’uld (parásitos alienígenas que infectaban y controlaban a cualquiera), el amor y la necesidad de sacrificarse para impedir que esos extraterrestres seguidores de Ra (y que se creían dioses) utilizaran la puerta estelar para invadir también la Tierra.
La película funcionó mejor de lo esperado, recuperando con creces los 55 millones de dólares que había conseguido, y acabó convirtiéndose en el punto de inicio de una franquicia televisiva que llegaría a tener cuatro series, dos tv movies, videojuegos y libros. A veces se la considera la “prima pobre” de Star Trek y Star Wars porque es menos conocida y su universo no llega a ser tan amplio, pero es innegable el éxito del que gozó en la década de los 2000 y, especialmente, en cuanto aterrizó en el anteriormente conocido como Sci Fi Channel. Pero, para llegar a ese punto, hizo falta que Emmerich y Devlin perdieran el control de los derechos de la película cuando su productora, Carolco, se vio obligada a vendérselos a MGM para financiar La isla de las cabezas cortadas (una de piratas con Geena Davies y Matthew Modine que acabaría fracasando, injustamente), y MGM decidió que, en lugar de continuar con el universo Stargate en cine, como querían sus creadores, lo haría solo en televisión.
El panorama de la ciencia ficción televisiva a mediados de los 90 era bastante particular. Descontando prácticamente Expediente X, casi todas se emitían a directamente en sindicación (caso de las series de Star Trek y las del universo de Hércules y Xena) o en el cable, que estaba dando sus primeros pasos hacia la producción de sus propias ficciones. La avenida que canales como Showtime utilizaban para ello era desarrollar continuaciones de películas recientes que habían funcionado bien en taquilla, acompañando así a su programación de cine, que ocupaba la mayor parte de su parrilla. En 1996, por ejemplo, había estrenado Poltergeist: the legacy, así que era un hogar más que apropiado para que fuera el primero de Stargate: SG-1.
Y decimos el primero porque las cinco temporadas iniciales se vieron allí y, en 2002, la serie se mudó a Sci Fi Channel. Sería el pistoletazo de salida para su principal spin-off, Stargate Atlantis, que cambiaba la base militar en la Tierra desde donde operaba el equipo por la antigua ciudad de Atlantis (o la Atlántida), que los Antiguos (la civilización alienígena creadora de las puertas) se había llevado hasta la galaxia Pegaso. La cadena potenciaba así su oferta de space operas más allá de Farscape, que finalizaría en 2003, el rescate de Andrómeda desde la sindicación para su última temporada o la que sería su gran serie, el remake de Battlestar Galactica.
Aquellos años entre finales de los 90 y mediados de los 2000 vivieron una pequeña bonanza de estas ficciones de aventuras espaciales (en 1998 terminaría otro de los grandes clásicos del género, Babylon 5), y el final de Stargate: SG-1 marcaría, de alguna manera, también el cierre de una época. De hecho, su canal aprovechó que se terminaba para cambiarse el nombre a Syfy y apostar por unas series más fantásticas, menos espaciales y más en consonancia con los “cielos azules” de su hermana USA Network y el tono de uno de sus éxitos, Eureka, sobre un pueblo en el que vivían los inventores más excéntricos.
Stargate: SG-1 queda como muestra de un tipo de series que apenas se hacen ya, con aventuras por medio universo que, por cuestiones presupuestarias, se rodaban todas en los alrededores de Vancouver. Mantenía la dicotomía entre lo militar y la ciencia de la película y tiraba del liderazgo de una estrella de la televisión como Richard Dean Anderson (MacGyver) para atraer al público (sí, también estaba por ahí Beau Bridges). Para introducir otros conflictos en el grupo, en el equipo del coronel O’Neill y de Daniel Jackson había un guerrero Jaffa infectado por los goa’uld que había desertado de su planeta para unirse al equipo Stargate, y también incluía a una militar de formación científica que acabaría dando continuidad a todas las secuelas con sus apariciones esporádicas en ellas (su actriz, Amanda Tapping, ha terminado siendo una veteranísima directora de televisión).
La mitología de la saga es muy amplia. La base de toda ella está en esas puertas estelares entre las que es posible viajar, pero solo a lugares donde ya haya una. Eso puede incluir hasta una antigua nave abandonada, con un rumbo preestablecido que se desconoce y no se puede cambiar, que era el punto de partida de Stargate Universe, un intento de que la franquicia fuera más seria y más en la línea de Battlestar Galactica que fue lo último que Syfy emitió, entre 2009 y 2011. El resto de producciones derivadas o se editaron directamente en DVD o se estrenaron en Stargate Command, la web oficial de la saga, que en 2019 acabó reconvertida en un canal de YouTube.
Las puertas estelares son otras de esas IPs que aguardan a que MGM (que ahora es propiedad de Amazon Studios) decida recuperarlas de nuevo. Roland Emmerich propuso recuperar su idea original de hacer una trilogía de películas, coincidiendo con el 30º aniversario del estreno del filme original, pero parece que el proyecto está, de momento, en el limbo. ¿Continuaría con el tono de aventuras ligeras de la primera de sus series o querría intentar de nuevo la seriedad de Universe?
Los datos de la serie
Dónde verla: MGM+.
Temporadas y capítulos: Diez, de entre veinte y 22 episodios.
Creadores: Brad Wright y Jonathan Glassner, basada en la película Stargate, de Roland Emmerich.
Reparto: Richard Dean Anderson, Michael Shanks, Amanda Tapping, Christopher Judge, Don S. Davis, Beau Bridges.
Si quieres más
Leer: Contacto, de Carl Sagan, también va sobre un primer contacto con extraterrestres, pero de otra manera.
Ver: Stargate Origins: Catherine es una miniserie que cuenta el primer descubrimiento de la puerta estelar, en los años 30.
Escuchar: Main title, de David Arnold, es el tema principal de la película, y también la base de la cabecera de la serie.