'She-Ra y las Princesas del Poder': la reimaginación de los dibujos de los 80
Aventuras coloridas para público infantil/juvenil con mucho trasfondo
Que una línea de muñecos esté acompañada de una serie de dibujos animados para que los niños se hagan fans de esos personajes y quieran comprárselos es uno de los trucos más viejos en el manual de las jugueteras. Así es como Mattel creó a He-Man, Skeletor y todo el universo de los Masters del Universo: dibujos el sábado por la mañana para que los más pequeños se enganchen y pidan a sus padres los muñecos para Reyes y cumpleaños.
Aquella serie es una de las más míticas para las miradas infantiles de los 80, una década, por cierto, muy entregada a la espada y brujería: tipos musculosos con poca ropa y enormes espadones peleaban contra villanos retorcidos y, en este caso, tan malvados, que era directamente un esqueleto muy aficionado al Crossfit. Había criaturas fantásticas, un destino que cumplir y, como los personajes iban muy orientados a los chicos, mujeres con bikinis metálicos que prácticamente solo pasaban por allí.
Una de ellas, sin embargo, era la contrapartida femenina de He-Man, She-Ra, su hermana melliza. Era la estrategia de Mattel de vender dos veces básicamente el mismo producto, porque su serie seguía la misma línea que la de He-Man, pero dirigida a las chicas. Y ambas ficciones estaban más que listas para entrar en esa ola de los reboots y las secuelas en la que está inmersa Hollywood. Son IPs (propiedades intelectuales) que apelan a la nostalgia y que tienen potencial para atraer a un público nuevo. ¿Por qué no intentarlo?
Una asociación entre DreamWorks y Netflix llevó a que esta última incluyera en su catálogo hasta tres series del universo de Eternia: Masters del Universo: Revelación, secuela de la ficción original de He-Man supervisada por Kevin Smith; He-Man y los Masters del Universo, un remake más directo; y She-Ra y las Princesas del Poder, que tomaba los elementos básicos del personaje y su historia y les daba una vuelta influenciada por el anime (y, sobre todo, Sailor Moon) y los nuevos personajes femeninos que llevaban ya un tiempo protagonizando cómics y ficciones juveniles, personajes perfectamente capaces de rescatarse ellas mismas de los líos en los que se habían metido.
Quien se puso al frente de esa tarea de traer a She-Ra al siglo XXI fue ND Stevenson, que ya había creado aventuras a gran escala con mujeres de todo tipo al frente en sus cómics Nimona y Leñadoras. Lo primero que hizo fue darle a Adora un pasado que la hiciera más interesante: es una huérfana adoptada por la Horda, un ejército malvado y oscuro que pretende dominar Eternia. Para ello ha de eliminar, o controlar, a las Princesas del Poder que todavía quedan, algo que a Adora le han contado que es la única solución para salvar a ese mundo.
Sin embargo, Adora se queda sola durante una misión y encuentra una peculiar espada en un bosque, espada que le confiere el poder de Grayskull y la transforma en She-Ra, paladín de Eternia. Pero, ¿cómo puede ella, una niña criada en la Horda, ser esa heroína? ¿Quiere serlo? ¿Y cómo se ganará la confianza de las princesas y, sobre todo, de Glimmer, que es quien la encuentra en el bosque?
She-Ra y las Princesas del Poder evita la evidente sexualización y objetificación de las mujeres de los dibujos animados de los 80 y, en su lugar, cuenta una historia de familias encontradas, autodescubrimiento, de atreverse a hacer preguntas difíciles y ser capaz de soportar respuestas que tampoco son fáciles, de buscar el propio camino… Su público es el juvenil, pero espectadores algo más mayores (ya en la veintena) se vieron también reflejados en las peripecias de Adora y en el camino de su némesis, Catra, para darse cuenta de qué es lo que de verdad quiere y si no se ha dejado manipular por la Horda hasta perder lo único que le importaba en el mundo.
También es una aventura repleta de colorido, de personajes entrañables a los que se permite equivocarse y pedir perdón y de secundarios tan populares como Entrapta, la princesa obsesionada con el funcionamiento de la tecnología y los inventos, o Scorpia, otra soldado de la Horda que esconde, en el fondo, un enorme corazón. Esos secundarios son de lo más diverso que amplían y acercan Eternia a como es el mundo alrededor de su público, también bastante más diverso de lo que muestran muchas veces las series.
La mitología de She-Ra y las Princesas del Poder está bien hilada, con un pasado misterioso sobre la primera She-Ra que Adora intenta desentrañar, y coloca a sus personajes ante el dilema de replantearse si lo que les han contado sobre sus enemigos puede no ser del todo cierto, pero donde acaba estando su centro es en el viaje paralelo de Adora y Catra, amigas de la infancia en la Horda que siguen luego siguen caminos separados: una hacia el descubrimiento de su auténtico ser y la otra, demasiado asustada para abandonar lo ya conocido.
Los datos de la serie
Dónde verla: Netflix.
Temporadas y capítulos: Cinco, de trece, siete, seis y trece episodios en las dos últimas temporadas.
Creador: ND Stevenson, basada en la serie del mismo título de 1985.
Reparto: Aimee Carrero, Marcus Scribner, Karen Fukuhara, AJ Michalka, Keston John, Lauren Ash, Lorraine Toussaint.
Si quieres más
Leer: Eragon, de Christopher Paolini. Un adolescente encuentra una piedra preciosa que lo convertirá en la persona capaz de cambiar el destino de su mundo.
Ver: Masters del Universo: Revelación. Relectura de la pelea entre He-Man y Skeletor que continúa la serie original dándole una pequeña vuelta de tuerca.
Escuchar: Warriors, de Aaliyah Rose. Es la cabecera de la serie, en el mejor estilo del anime y de los dibujos animados de los 80.