'Perdidos': la isla de las ilusiones
Una de las grandes series del siglo XXI cumple veinte años
En la literatura hay una gran tradición de náufragos forzados a sobrevivir en islas perdidas hasta que pase alguien que los rescate, o hasta que encuentren una manera de salir de dicha isla y buscar ese rescate en alta mar. También existen islas mágicas, misteriosas y en las que se levantan complejos donde tienen lugar rituales extraños o experimentos que en tierra firme serían considerados heréticos. Desde Robinson Crusoe a Tintín o el doctor Moreau, o los villanos de James Bond, las islas son lugares fértiles para aventuras de todo tipo.
A principios de los 2000, la televisión estadounidense decidió que era buena idea aprovechar esa tradición para “varar” en una isla paradisiaca a 18 desconocidos que tendrían que convivir y sobrevivir allí, superar diversas pruebas y ser eliminados uno a uno hasta que solo quedara un ganador. El éxito de Survivor en CBS fue inmediato (y longevo) y llevó a que otras cadenas de televisión buscaran la manera de tener su propio formato de supervivencia, o su propio reality show de competición. En esas estaba una ABC que estaba atravesando una mala época en audiencias cuando uno de sus directivos tuvo la idea de hacer Survivor en ficción. El proyecto recayó en J.J. Abrams, que le había dado al canal un gran éxito con Alias, y este buscó a un joven guionista llamado Damon Lindelof para que le ayudara a poner en marcha la serie.
Así, de la desesperación y con toda la directiva de ABC pensando que aquel piloto que habían encargado era una pérdida de tiempo y dinero que iba a fracasar, nació Perdidos. Los veinte años que han pasado desde su estreno se han celebrado como el fenómeno popular que fue en su momento y que, de algún modo, continúa siendo. Fue la serie que impulsó el cambio definitivo en la manera de ver y comentar las series porque su emisión coincidió con el nacimiento de las redes sociales y en internet habían surgido sitios donde hacer resúmenes de los capítulos, teorías de lo que estaba pasando y comunidades de fans que perdían la cabeza buscando pistas de los muchos misterios que formaban la serie.
Eso era Perdidos, una caja de misterios, que era la especialidad de Abrams. Sus protagonistas eran los pasajeros del vuelo 815 de Oceanic Airlines de Sydney a Los Ángeles, que se estrellaba en una isla desconocida en medio de ninguna parte. Los supervivientes descubrían enseguida que en aquella isla había un extraño ente que los perseguía, osos polares, y fenómenos inexplicables. Y también se daban cuenta al minuto que no eran las únicas personas que vivían allí. La obtención de respuestas llevaba a más preguntas, motor de una trama que duraría seis temporadas, pondría de moda los misterios serializados con repartos corales y terminaría de una manera muy polémica entre sus fans.
Era, también, un gran ejemplo de lo que la televisión en abierto estadounidense podía hacer, más allá de las sitcom y los procedimentales lanzados por el éxito de CSI unos pocos años antes. Igualmente, cristalizaba lo que ficciones anteriores como Expediente X habían hecho al entrelazar su trama serializada (la mitología) en capítulos que contaban un misterio diferente cada semana. Perdidos seguía ese esquema dedicando cada episodio a uno de sus personajes, desvelando en flashbacks quiénes eran antes de llegar a la isla. Además, casi ninguno de sus actores era demasiado conocido. Los que más, Matthew Fox por Cinco en familia, Dominic Monaghan por la trilogía de El Señor de los Anillos y Naveen Andrews por El paciente inglés.
La estrella eran la propia serie y la isla misteriosa. La adictiva sensación de descubrimiento de la primera temporada la propulsó a un Emmy al mejor drama que la convertiría, junto con 24, en las últimas ficciones en abierto en hacerse con ese premio, y las quejas de los fans hacia la tercera entrega harían también que Perdidos fuera una rareza que, en lugar de seguir hasta que la audiencia la abandonara y la cadena decidiera cancelarla, obligó a ABC a fijar un final, que en su caso fue un número de temporadas cerrado de antemano.
Hay muchas historias alrededor de la serie, de su influencia en una televisión posterior que no ha dejado de estrenar “nuevas Perdidos”, de lo complicado que era su rodaje y el mal ambiente de su sala de guionistas, del tiempo récord en el que Abrams y Lindelof tuvieron que escribir el guion del piloto, buscar a los actores y rodarlo en Hawai a tiempo para que llegara a los upfronts de ABC (la presentación de la programación de la nueva temporada, que se hace en mayo), del peso del fandom en internet… El intenso escrutinio hacia su último episodio adelantó la gran importancia que se le daría a esos capítulos más adelante y, en España, el éxito de la serie contribuyó a la aparición de un gran número de blogs dedicados exclusivamente a las ficciones televisivas.
Es fácil quedarse con toda esa narrativa alrededor de Perdidos y olvidarse de que es una serie que ofrece un viaje de lo más entretenido y adictivo, un viaje repleto de preguntas que va apostando por la ciencia ficción con más decisión conforme avanzan las temporadas. Está repleta de guiños a filósofos famosos, a Star Wars, de toques de humor, de historias de amor a veces extrañas y a veces inesperadas, de un dilema entre la ciencia y la fe, encarnado en Jack y Locke, que mueve toda la trama y del impulso de no hacer siempre lo mismo, de entregar al espectador algo diferente.
Los fracasos de todas aquellas series que quisieron seguir su estela muestran que no es tan fácil lograr lo de Perdidos, y menos con los más de veinte episodios por temporada que son habituales en la televisión en abierto.
Los datos de la serie
Dónde verla: Disney+ y Netflix.
Temporadas y capítulos: Seis, de entre 14 y 25 episodios.
Creadores: J.J. Abrams, Damon Lindelof y Jeffrey Lieber.
Reparto: Matthew Fox, Evangeline Lilly, Dominic Monaghan, Terry O’Quinn, Ian Somerhalder, Maggie Grace, Daniel Dae Kim, Naveen Andrews.
Si quieres más
Leer: La invención de Morel, de Adolfo Bioy Casares, era uno de los libros que leía Sawyer y también transcurre en una isla misteriosa.
Ver: From es, quizá, la serie que mejor recupera el legado de Perdidos con un pueblo del que no puede salir nadie.
Escuchar: Make your own kind of music, de Cass Elliot, es la canción “oficial” de la escotilla.
Perdidos es la serie con la que empecé a ver series. Fueron momentos inolvidables, ay! que veinte años no son nada. Estupenda review. Gracias!!