'Mr. Robot': abajo con la sociedad del siglo XXI
La serie que lanzó a Rami Malek entrelaza el thriller con el estudio de su protagonista
En 2015, que una serie incluyera en su trama a una malvada gran corporación y a unos hackers que intentaban tirar abajo el sistema financiero resultaba bastante novedoso, especialmente si esa serie venía de un canal de cable básico como USA Network, conocido hasta entonces por sus procedimentales de “cielos azules”, ficciones veraniegas ligeras que habían visto éxitos como Suits o Último aviso. Mr. Robot no era nada de eso; estábamos ante un thriller con un tono más serio, un protagonista que no eran tan fácil que cayera bien al público y una apuesta estilística bastante más “autoral”, por decirlo de alguna manera, que el resto de estrenos de la cadena.
Su creador, Sam Esmail, era un guionista casi desconocido que había debutado como director con una peculiar película como Comet, en la que veíamos la evolución de una pareja a través de una narración desordenada cronológicamente que incluía hasta universos paralelos. Nada parecía apuntar que pudiera entregar un primer episodio como el de Mr. Robot, que aunaba un thriller lleno de tensión, una crítica social y un estudio de un protagonista brillante pero que se sentía alienado no solo de la sociedad, sino de su propia familia y sus compañeros de trabajo.
Ese protagonista, Elliot, fue la consagración y el lanzamiento al estrellato de Rami Malek, famoso ahora por haber ganado un Oscar por ser Freddie Mercury en Bohemian Rhapsody, pero que hasta entonces había tenido pequeños papeles en series como The war at home o The Pacific, la continuación de Hermanos de sangre centrada en el frente del Pacífico de la Segunda Guerra Mundial. Aquella primera temporada de Mr. Robot fue un pequeño fenómeno por lo imprevisto de su existencia y porque creaba, además, un mundo repleto de incógnitas con cuyas respuestas el espectador podía especular, algo clave en el fandom televisivo post Perdidos. Y, además, tocaba directamente en esa sensación que la sociedad del siglo XXI tiene de que son las grandes multinacionales las que dominan el cotarro.
Mr. Robot llegó cuatro años antes de la saga familiar hacia el futuro de Years and Years y tres antes de Bad banks, que mostraba los tejemanejes de los bancos para seguir ganando dinero incluso hundiendo a la sociedad. La sensación paranoica de Elliot, la pelea del grupo clandestino Fsociety por echar abajo un sistema que, por ejemplo, mantiene endeudadas toda a su vida a las personas y las maniobras de esa E Corp (o Evil Corp) formaban una columna vertebral de misterio y disidencia que resultaba muy atractiva. Y luego estaba el propio Elliot.
El paso de las temporadas fue centrando cada vez más la historia en él, un experto en ciberseguridad brillante que, sin embargo, tenía serios problemas de interacción social y, aunque él no quisiera verlos, también de salud mental. Durante toda la serie lo vemos hablar con un tipo, interpretado por Christian Slater, que le ayuda en su pelea contra E Corp y que es prácticamente la única persona con la que Elliot habla, pero la serie nos indica rápidamente que, quizás, deberíamos desconfiar del punto de vista de Elliot. Al fin y al cabo, tal vez algunas de las cosas que ve estén solo en su cabeza.
La primera temporada de Mr. Robot fue un éxito fulminante que se fue desvaneciendo más adelante, conforme la fragilidad mental de Elliot fue ganando más peso en la historia. Esta también se volvió más complicada, con diferentes grupos de ciberactivismo (y ciberterrorismo) actuando al mismo tiempo y otros personajes dando un paso al frente, desde la hermana de Elliot a una amiga suya de la infancia que también trabaja en ciberseguridad.
Es un sino relativamente habitual en estas ficciones que sorprenden y triunfan en su estreno; después cuesta mantener la atención de los espectadores porque, si se continúa haciendo lo mismo, surgen las voces de que la serie está estancada, y si se opta por un camino ligeramente diferente, llegan las quejas de que esto no es lo que gustaba inicialmente. La alienación social y de sí mismo de Elliot interesaba menos que las actividades de Fsociety, pero constituía más el centro de la serie y era lo que le confería su atmósfera paranoica.
Lo que no puede negarse es que Mr. Robot aportó muchos argumentos a la discusión de si los gobiernos del mundo tenían de verdad capacidad de decisión ante el poder de las altas finanzas y las grandes multinacionales. “La democracia ha sido hackeada” era el eslógan de la serie y casaba a la perfección con la sensación que había dejado la crisis económica de 2008, con sus rescates a bancos y empresas aseguradoras que luego no se habían devuelto, como si fuera obligación de los gobiernos sacar las castañas del fuego a entidades hundidas por sus propias malas prácticas irresponsables que, además, renegaban de la intervención estatal en la economía.
La creación de Sam Esmail llegó en el momento adecuado. También fue de los últimos ejemplos de cadenas menos reconocidas por la crítica que probaban suerte con una serie con una personalidad muy marcada, confiando en lograr el reconocimiento en los premios que siempre se les había escapado. El Peak TV aún tardaría algunos años más en certificar su final, ahogado entre condiciones de trabajo cada vez más precarias y producción al peso para las plataformas de streaming, pero que canales como USA abandonaran progresivamente la ficción ya indicaba que los buenos viejos tiempos se habían terminado.
Los datos de la serie
Dónde verla: Prime Video y SkyShowtime.
Temporadas y capítulos: Cuatro, de diez, doce, diez y trece episodios cada una.
Creador: Sam Esmail.
Reparto: Rami Malek, Carly Chaikin, Christian Slater, Portia Doubleday, Martin Wallström, BD Wong, Grace Gummer.
Si quieres más
Leer: El círculo, de Dave Eggers. Su protagonista entra a trabajar en un trasunto de Google que empieza a dominar cada vez más aspectos de su vida.
Ver: Homecoming. La primera temporada de esta serie está dirigida por Esmail y es un puzzle hitchcockiano sobre un veterano sin memoria y su terapeuta en una empresa especializada en tratar a soldados que regresan del frente.
Escuchar: World destruction, de Time Zone, es una de las canciones importantes en el final de la primera temporada.