'Mar de la Tranquilidad': el peso del agua
Una misión a la Luna que sale mal y secretos de estado
La escasez de recursos naturales es un gran punto de partida para una historia de ciencia ficción. La crisis del petróleo de los 70 tuvo, seguro, algo que ver en el origen de Mad Max, estrenada en 1979. Para cuando llegó su cuarta entrega, Mad Max. Furia en la carretera, en 2015, el bien preciado por el que se desataba el conflicto era el agua. Es un aspecto que comparte con la serie coreana Mar de la Tranquilidad, que nos traslada a un futuro cercano en el que el racionamiento estricto del agua se ha convertido en fuente de altercados y descontento social.
El gobierno coreano estableció, algunos años atrás, una base en la Luna para intentar extraer agua del hielo presente en los cráteres en sombras perpetuas que pueblan su superficie. Pero algo salió mal y la instalación se cerró a cal y canto. Sin embargo, la situación en la Tierra se ha vuelto tan desesperada, que se decide enviar una misión que, durante solo 24 horas, visite la base y traiga de vuelta determinadas muestras. Como es de suponer, esa nueva misión empieza a torcerse desde el momento en el que la nave aluniza y sus tripulantes se dan cuenta de que hay algo más en ese lugar y que, además, algunos de ellos tienen otros objetivos que pueden comprometerlo todo.
Mar de la Tranquilidad entra de lleno en el subgénero de “enviemos a gente a averiguar por qué nunca regresaron los que enviamos antes que ellos”. Es un subgénero que vale para todo: misiones bélicas, barcos hundidos y, por supuesto, aventuras espaciales. 2010: Odisea Dos, secuela de 2001, una odisea del espacio, precisamente sigue a unos astronautas que viajan hasta la nave Discovery para investigar qué salió mal con HAL-9000, y si preferimos algo más cercano al terror, ahí están Horizonte final, Misión a Marte y hasta Aliens.
El caso de Mar de la Tranquilidad, de todos modos, es un poco especial porque aterrizó en Netflix cuando la fiebre por El juego del calamar no se había calmado todavía. Aquella ficción se convirtió en la más popular de 2020 y uno de los mayores éxitos de la plataforma, y a finales de 2021 todavía se hablaba de cuál sería la siguiente serie salida de Corea que tomara su relevo. La creación de Choi Hang-yong no lo era, pero no por falta de ambición. La recreación del entorno lunar y de la base está hecha con bastante atención al detalle y procura que la historia tenga suficientes subtramas como para mantener siempre el interés del espectador.
Se aprecia que era una de las grandes apuestas de Netflix (estrenar el día de Navidad es signo de que la compañía cree en ella; ese mismo día, pero fue el elegido en 2020 para lanzar Los Bridgerton) y su ambición temática está a la altura: hay sospechas de espionaje, temor a lo que los científicos de la base (de los que, por supuesto, no hay ni rastro) encontraron allí y una de sus protagonistas está en la misión por lealtad a su hermana, que trabajaba en las instalaciones. Tiene ecos casi inevitables de La cosa y mantiene más a raya de lo habitual la clásica mezcla de géneros coreana, aunque el alivio cómico siempre tiene que estar presente.
Es un ejemplo de las series de género del país y, al mismo tiempo, se sale de las temáticas más presentes en el catálogo de Netflix, que suelen ser las historias de amor en entornos profesionales o las que transcurren en su Edad Media. Si en estas últimas hay viajes en el tiempo, casi mejor.
Es cierto que, al final, no innova tanto como parece porque, como decimos, el subgénero está muy trillado, pero procura crear la suficiente tensión entre esos astronautas a los que no les han contado toda la información que necesitan para completar su misión, y que acaban dándose cuenta de que algo huele a podrido en la Luna. Al fin y al cabo, todo lo que se hacía en la base es secreto y no solo hay temor a que alguna potencia extranjera se haga con sus investigaciones.
Lo que también destaca de la serie es como aprovecha el particular star-system coreano de Netflix. Dos de sus protagonistas son Bae Doona (Sense8) y Gong Yoo, que se dio a conocer internacionalmente con Tren a Busán pero que, para muchos espectadores, es el tipo trajeado que recluta a los participantes en El juego del calamar. Es una maniobra habitual de la plataforma para que sus abonados tengan otros atractivos a la hora de ver una nueva serie o película.
Mar de la Tranquilidad, al final, es un misterio en envoltorio de ciencia ficción muy de toda la vida. Se enmarca en una preocupación social muy actual, como es la escasez de agua, y luego explota todas las posibilidades para la tensión que da estar encerrados en una base lunar abandonada de la que no está muy claro a qué se dedicaba.
Los datos de la serie
Dónde verla: Netflix.
Temporadas y capítulos: Una, de ocho episodios.
Creador: Choi Hang-yong, basada en su propio corto de 2014.
Reparto: Bae Doona, Gong Yoo, Lee Joon, Kim Sun-young, Kim Si-a, Lee Sung-wook.
Si quieres más
Leer: La luna es una cruel amante, de Robert A. Heinlein, sobre una colonia lunar que se rebela contra el gobierno de la Tierra.
Ver: Horizonte final, de Paul W.S. Anderson (1997). Una nave regresa después de haber desaparecido en un agujero negro, así que se envía una misión para averiguar qué ha pasado en ella.
Escuchar: Tranquility Base Hotel & Casino, de Arctic Monkeys, la canción perfecta para el hilo musical de un casino en la Luna anclado en Las Vegas en los 70.
Diana total para este devoto de la sci-fi con las recomendaciones de Heinlein y Horizonte final!