'Fundación': cómo adaptar lo inadaptable
La serie de Apple TV+ se atreve con la saga seminal de Isaac Asimov
Hay libros de los que se dice que es imposible que puedan trasladarse al cine o la televisión. A menudo es porque la escala de su historia es demasiado grande y, por tanto, cara (es lo que se solía decir de la saga de Canción de Hielo y Fuego, de George R.R. Martin), y otras veces es porque no hay una trama clara de la que tirar para convertir la novela en una serie. Este es el caso de Fundación, el libro de Isaac Asimov que da origen a una de las sagas más influyentes e importantes de la ciencia ficción.
Junto con sus famosas tres leyes de la robótica, bien puede ser la historia más conocida del escritor de origen ruso, y es una historia que se extiende por miles de años y miles de años luz, de un confín a otro de la galaxia. Su centro está en la psicohistoria, una disciplina creada por Hari Seldon que tiene en cuenta los hechos del pasado y ciertas fórmulas matemáticas para crear una predicción no de lo que va a ocurrir exactamente en el futuro, sino de cómo va evolucionar la tendencia histórica en la que se encuentra el Imperio Galáctico, un régimen que abarca toda la Vía Láctea y que atraviesa tiempos convulsos.
Seldon sabe que, en el momento en el que haya revueltas por toda la galaxia y se desate una guerra, los cimientos culturales, científicos e intelectuales del Imperio estarán en grave peligro, así que decide salvaguardarlos estableciendo Fundaciones en diferentes puntos de los dominios imperiales. De esta manera, cuando lleguen los años oscuros, se podrá regresar con mayor rapidez a una época de progreso e ilustración. Pero, al mismo tiempo, se introduce un dilema, y es que si una masa de población sabe cuál va a ser su comportamiento futuro, se vuelve del todo imprevisible.
Inicialmente, Asimov se inspiró en la caída del Imperio Romano, en las señales que había de su declive ya antes de que diferentes tribus bárbaras invadieran sus territorios en los siglos IV y V, culminando en el saqueo de Roma a manos de los visigodos en el año 410. Pero la manera en la que va contando la historia del Imperio Galáctico, y si se cumplen las predicciones de Seldon, no se presta tan fácilmente a la adaptación a televisiva porque no hay un protagonista claro, tampoco un antagonista definido, y hay que buscar un hilo argumental del que tirar para sacar adelante una serie.
De hecho, quizá por eso hubo varios intentos de adaptar Fundación antes del de Apple TV+, puesto en pie por dos veteranos del género como David S. Goyer y Josh Friedman, que tiene experiencia en franquicias importantes por sus trabajos con Batman (Goyer) y Terminator (Friedman). Uno de aquellos intentos que no cuajó, por ejemplo, estaba supervisado por Jonathan Nolan para HBO, antes de que creara para ellos Westworld junto con Lisa Joy. Y, probablemente, también tendría que haber cuestiones presupuestarias de por medio.
Porque cuando se estrenó el primer episodio de la serie, en 2021, lo que más llamaba la atención era el espectáculo visual desplegado en pantalla. La capital del Imperio, el ascensor espacial y el palacio, con sus pinturas “vivas”, destacaban por su enorme escala, a la altura de lo que se veía casi simultáneamente en los cines con la adaptación de Denis Villeneuve de Dune.
La serie opta por presentar la trama como la rivalidad entre Hari Seldon y la familia imperial, compuesta por clones en diferentes edades del emperador. Este recela de él porque afirma que el Imperio, o esta encarnación del Imperio, va directo a la disolución violenta y quiere acallarlo antes de que sus teorías alcancen a la población general. Pero, al mismo tiempo, ya hay facciones que están actuando, precisamente, para debilitar al régimen y forzar su caída y, en medio de todo, Seldon está preparando sus Fundaciones donde preservar el conocimiento de su era, y está buscando a alguien que continúe su legado cuando, inevitablemente, él ya no esté.
Hay escenas de acción, pequeños misterios que duran toda la temporada, relaciones sentimentales variadas, se expanden personajes de los que en la saga literaria apenas hay información, o es muy somera y, sobre todo, quienes ganan con el traslado a la pantalla son los tres emperadores de Trántor (un niño, un hombre adulto y un anciano), que aunque provengan de la misma persona, difieren en cómo perciben a Seldon y el futuro del Imperio. Su presencia permite hablar también de la endogamia del poder en estos regímenes.
Fundación tiene que tomar varias decisiones importantes a la hora de convertirse en serie de televisión. Algunas de ellas le confieren un notable interés a la historia y otras, simplifican lo que Asimov pretendía contar en las novelas, pero ese es el quid de las adaptaciones, sobre todo cuando tienen que afrontar algo de semejantes dimensiones como esta saga.
Los datos de la serie
Dónde verla: Apple TV+.
Temporadas y capítulos: Una, de diez episodios (renovada por una segunda temporada).
Creadores: David S. Goyer y Josh Friedman, basada en las novelas de Isaac Asimov.
Reparto: Jared Harris, Lee Pace, Lou Llobell, Leah Harvey, Terrence Mann, Laura Birn, Elliot Cowan.
Si quieres más
Leer: Fundación, de Isaac Asimov, el libro original en el que se basa la serie, que tiene seis continuaciones.
Ver: Dune (2021), de Denis Villeneuve, una adaptación del libro de Frank Herbert que tira también de gran espectacularidad visual.
Escuchar: The Psycohistorians, de Terminus, una banda de metal que se inspira en algunos discos en relatos de Isaac Asimov. Esta canción, por supuesto, hace referencia a la psicohistoria de Hari Seldon en Fundación.