'Evil': la naturaleza del Mal
Exorcismos y un peculiar sentido del humor se juntan en la serie de Robert y Michelle King
¿Existe el Mal representado en la figura del Demonio? ¿O simplemente hay personas que, pudiendo elegir, hacen cosas malvadas? Sobre esas dos preguntas descansa Evil, una serie muy peculiar que podríamos encuadrar en el terror por su temática, pero cuyos creadores, Robert y Michelle King, dotan de detalles que la llevan por el thriller psicológico, la comedia negra, el drama familiar y hasta el lado de los conflictos intrínsecos a los sacerdotes y monjas de la Iglesia Católica vistos en películas como, por ejemplo, Agnes de Dios.
Es una serie que forma parte de la mitad de la obra de los King que no está relacionada con el universo de The good wife, su gran éxito, y que está caracterizada por encuadrarse en el género y ser más o menos excéntrica, por decirlo de algún modo: Braindead seguía una invasión extraterrestre en Washington DC en la forma de unas hormigas que devoraban el cerebro de los congresistas; The bite era una de zombis en medio de los confinamientos por el COVID y esta Evil tiene a un trío protagonista formado por una psicóloga forense, un experto en tecnología y un seminarista a punto de ser ordenado sacerdote que investigan posibles posesiones demoniacas para la diócesis de Nueva York.
Que el seminarista sea Mike Colter ya cambia un poco la idea preconcebida que podamos hacernos de la ficción con esa sinopsis. Su primera temporada se emitió en una cadena en abierto como CBS, por lo que seguía un esquema procedimental más puro, con un caso en cada episodio y, de fondo, una trama serializada que implicaba a otro psicólogo (interpretado por un deliciosamente maquiavélico Michael Emerson) que se dedicaba a hacerle la vida imposible tanto a Kristen, la psicóloga, como a David, el seminarista, a quien intentaba por todos los medios apartar de su ordenación.
Qué pretende ese personaje, si está siguiendo los mandatos del mismísimo Diablo y, en ese caso, cuáles son sus objetivos finales son las grandes preguntas que se van desarrollando a lo largo de sus cuatro temporadas, truncadas un poco abruptamente por las huelgas de actores y guionistas del verano de 2023. El tono de la serie fue cambiando con la mudanza a Paramount+ a partir de su segunda entrega; lo serializado ganó terreno y también los casos más perturbadores. Además, David tiene visiones y sueños que parecen advertirle de la llegada del Apocalipsis (o algo parecido), y el tratamiento de esas imágenes claramente oníricas, pero que para David son muy reales, es una de las características más destacadas de la ficción.
Esto y algo que los King han aprendido del primer Stephen King y de los clásicos setenteros del terror, que es la introducción de elementos sobrenaturales y aterradores en elementos y aspectos de la vida cotidiana a los que, habitualmente, no prestamos mayor atención. Evil sabe que el día a día puede ser malvado y cruel, ya sea en la forma de leyes discriminatorias, traumas familiares o, simplemente, cuatro hijas pequeñas que se crían con un padre ausente.
La familia de Kristen es un aspecto muy importante. Sus hijas, por un lado, son uno de los alivios cómicos más evidentes, con su costumbre de hablar todas a la vez y sus pequeñas excentricidades, pero poco a poco van aportando momentos más serios al verse en medio de situaciones inexplicadas o ser “daños colaterales” de los intentos de corrupción del alma de Kristen que el antagonista intenta desde el principio. Ese es siempre el gran tema de la ficción, si sus protagonistas conseguirán no dejarse arrastrar en ocasiones por sus impulsos más violentos.
A veces, en el retrato de la familia de Kristen y, sobre todo, en la evolución de sus hijas, recuerda un poco a Médium, una serie con Patricia Arquette en la que ella interpretaba a una mujer normal y corriente que tenía sueños sobre crímenes que acababan de cometerse. Sus sueños nunca eran lineales ni claros, y sus hijas heredaron su habilidad cada una de un modo diferente. Como en Evil, la ficción las trataba como personas independientes con sus propios desarrollos, lo que enriquecía el panorama completo que se daba de esa familia.
Además, como decía, Evil puede ser muy divertida de una manera juguetona y que no suele ir a lo obvio (el demonio George es un buen ejemplo, aunando lo gracioso con lo aterrador). Y es también una serie que cuida mucho lo visual. La manera en la que los King muestran el mundo de los sueños es uno de sus rasgos más definitorios, transmitiendo lo extraños que pueden ser y la sensación del soñador que, al mismo tiempo, son totalmente reales.
Probablemente, es una de esas ficciones que pasan muy desapercibidas porque, inicialmente, se emitió en un canal en abierto, lo que genera cierto rechazo entre parte del público, por su género y porque, pese a todo, no es una serie oscura ni cínica. Tiene algunos capítulos verdaderamente terroríficos más por lo que dicen entre líneas que por lo que enseñan, y a su trío protagonista es una delicia seguirlo incluso cuando mete la pata hasta el fondo, que es a menudo. Es la serie perfecta para la “spooky season” de octubre.
Los datos de la serie
Dónde verla: Syfy.
Temporadas y episodios: Cuatro, de entre diez y catorce capítulos.
Creadores: Robert y Michelle King.
Reparto: Mike Colter, Katja Herbers, Aasif Mandvi, Peter Scolari, Michael Emerson, Andrea Martin.
Si quieres más
Leer: La semilla del diablo (1967), de Ira Levin, es todo un clásico en el caso de adoradores satánicos.
Ver: El exorcista continuó en televisión la historia de la película centrándose en dos sacerdotes que siguen los pasos del padre Karras.
Escuchar: Pudsy’s Christmas, de Jonathan Coulton, es una muy pegadiza canción que juega un importante papel en un episodio.