'Esta mierda me supera': si John Hughes escribiera de superhéroes
La serie juvenil de Netflix explota la metáfora de los superpoderes como expresión de la angustia adolescente
Puede resultar chocante identificar a John Hughes como uno de los directores de cine más influyentes de las últimas décadas, pero lo es. No viene a la mente de una manera tan rápida como lo harían Stanley Kubrick y Alfred Hitchcock, pero sus películas de adolescentes de los 80 marcaron a toda una generación de futuros cineastas que aplicaron su mirada frontal a los problemas de los jóvenes a sus propias historias de adolescentes del siglo XXI, y esto quedó muy claro en las tres series de ese género que Netflix estrenó entre 2018 y 2020.
Todo es una mierda, Sex Education y la que nos ocupa, Esta mierda me supera, alardeaban de la influencia de Hughes en su atmósfera atemporal (las dos últimas principalmente, ya que la primera estaba ambientada en los 90) y en su manera de tomarse en serio la problemática de sus protagonistas, aunque estuviera pasada por un filtro de comedia. El club de los cinco y Todo en un día son películas que han dejado una fuerte impronta en el audiovisual actual, y la adaptación del cómic de Charles Forsman sobre una adolescente con algunos asuntos ligeramente más serios de lo habitual es un gran ejemplo.
Forsman ya había visto adaptado a televisión anteriormente otro de sus títulos, The end of the f***ing world, a cargo también de Jonathan Entwistle. Su historia de un joven psicópata que, en lugar de matar a una chica, acaba realizando con ella un accidentado viaje fue un sorprendente éxito que provocó que el estreno de Esta mierda me supera fuera recibido con cierta curiosidad por saber si mantendría el tono de comedia oscura de la anterior serie. Pero Sydney, al protagonista, no es como James. Ella no tiene impulsos homicidas, sino unos poderes telepáticos que no entiende ni consigue controlar.
Esos poderes empiezan a aparecer tiempo después de la muerte de su padre, ex militar con serios problemas de estrés postraumático, y cuando Sydney entra en esa edad en la que estás intentando averiguar quién eres, lo que en su caso incluye también su sexualidad. Su confusión interna es tal, que se exterioriza a través de despliegues espectaculares de sus poderes. Por mucho que ella intenta reprimirlos, siempre acaban saliendo cuando está enfadada o estresada, lo que es una gran metáfora de esas dudas identitarias que la consumen.
Esta mierda me supera entronca así con la tradición de Buffy, cazavampiros de utilizar los monstruos contra los que peleaban sus protagonistas para hablar de los diferentes problemas que los adolescentes pueden tener en el instituto. En el caso de Sydney, este incluye una madre que trabaja a todas horas, una mejor amiga de la que, tal vez, está secretamente colgada y que empieza a salir con uno de los chicos populares y deportistas del instituto y un peculiar vecino más parecido a ella en cuanto a gustos y escasas habilidades sociales.
Todos los episodios se cuentan desde el punto de vista de Sydney, que tiene la ventaja de que la interpreta una de las actrices jóvenes de carrera más peculiar de Hollywood, Sophia Lillis. El gran público la conoce por ser la protagonista femenina de It , adaptación al cine de la novela de Stephen King que destacaba por su grupo de actores jóvenes al alza que incluía también a Wyatt Oleff, Jack Dylan Grazer (Shazam), Finn Wolfhard (Stranger things) y Jaeden Martell (Midnight special), pero en su currículum ha sido también la versión joven de Amy Adams en Heridas abiertas y hasta la detective Nancy Drew.
Toda la serie descansa sobre ella, y Lillis sabe manejar esa angustia adolescente y esa sensación de ir a la deriva y no entender nada de lo que ocurre a su alrededor. La sensibilidad de las películas de John Hughes entra ahí perfectamente; se nota más su mano en ese aspecto de la serie aunque, además, esta incluya un homenaje bastante explícito a El club de los cinco y construya una atmósfera en el instituto que podría llegar teletransportada desde 1985 (el mismo truco de la primera temporada de Sex education, en la que no queda claro en qué época transcurre todo).
Pero hay un ligero problema, y es que Esta mierda me supera fue una de las víctimas de la pandemia de la COVID en 2020. Se estrenó apenas semanas antes de que los gobiernos mundiales ordenaran diversos confinamientos de la población y aunque ese periodo dio grandes éxitos para Netflix (Tiger King y Unorthodox), también fue una sentencia de muerte para las series que estaban un poco más en el limbo. El parón en todas las producciones de Hollywood hasta que se implantaran protocolos sanitarios suficientes para evitar contagios, empezaran las vacunaciones y se levantaran algunas de las restricciones más severas llevó a que títulos como este fueran cancelados.
Esto quiere decir que su final queda abierto. Sydney se encuentra al borde de una nueva situación que parece peligrosa y que, desde luego, se parece poco a lo que ha vivido hasta entonces, una situación que, además, la sitúa un paso más cerca de entender qué le ocurrió a su padre. La decisión que tomara habría centrado esa hipotética segunda temporada, pero Esta mierda me supera quedó como una primera entrega bastante estimable.
Los datos de la serie
Dónde verla: Netflix.
Temporadas y capítulos: Una, de siete episodios.
Creadores: Jonathan Entwistle y Christy Hall, basada en el cómic homónimo de Charles Forsman.
Reparto: Sophia Lillis, Wyatt Oleff, Sofia Bryant, Richard Ellis, Kathleen Rose Perkins, Aidan Wojtak-Hissong.
Si quieres más
Leer: John Hughes. El eterno adolescente, de Gerardo Santos Bocero, nos acerca la figura de este influyente guionista y director estadounidense.
Ver: The end of the f***ing world es otra adaptación en formato serie de un cómic de Charles Forsman a cargo de Jonathan Entwistle.
Escuchar: Hey little girl, de Bloodwitch, una banda ficticia creada especialmente para la serie con Graham Coxon (Blur) y Tatyana Richaud al frente.