'El hombre en el castillo': la tiranía alternativa
La adaptación del libro de Philip K. Dick imagina unos EE.UU. gobernados por los nazis
En 1933, Franklin D. Roosevelt sufrió un atentado del que salió ileso. Un albañil llamado Giuseppe Zangara disparó contra el recién elegido presidente en un mítin en Miami, matando en su lugar al alcalde de Chicago. Roosevelt sería instrumental, años más tarde, en la entrada de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial, un hecho que ayudó a darle la vuelta a una contienda que, hasta, entonces, ganaban los alemanes sin demasiados problemas. Pero, ¿qué habría pasado si Zangara hubiera tenido éxito y hubiera asesinado a Roosevelt?
La respuesta a esa pregunta está en El hombre en el castillo, la primera gran producción de Prime Video, que hasta entonces había estrenado series como Mozart in the jungle o Transparent, y que adaptaba un famoso libro de Philip K. Dick, publicado a principios de los años 60. Dick partía de ese supuesto para imaginar unos Estados Unidos que habían optado por mantenerse al margen de la Segunda Guerra Mundial, solo para acabar repartidos entre las dos potencias vencedoras, la Alemania nazi y el Japón imperial. Los primeros controlaban la costa este y los segundos, la oeste, dejando en medio una franja de terreno neutral.
La historia arrancaba en la década de 1960, con Hitler viejo y enfermo y las diferentes fuerzas dentro del Reich maniobrando para ver quién sucedía al Führer. En ese contexto encontramos a una joven de San Francisco que entra en contacto con unos misteriosos rollos de película que muestran algo que parece impensable: una realidad en la fue Estados Unidos quien venció en la guerra. Esas películas las pretende un espía nazi que se infiltra entre los movimientos de resistencia al régimen mientras, en las esferas más altas, la tenue paz entre Alemania y Japón peligra, precisamente, por la incertidumbre sobre el futuro del país sin Hitler.
Tanto el libro como la serie constituyen lo que se conoce como ucronía, una versión alternativa de la historia que parte de un hecho concreto que se desarrolla de manera diferente a como lo hizo en realidad. La serie lleva la situación mucho más lejos que el libro y donde consiguió llamar la atención fue en cómo presentaba la cotidianidad de ese Gran Reich Nazi que eran los estados del este y parte del centro de Estados Unidos. Veíamos a un oficial de las SS en Nueva York que vivía en la representación idealizada del sueño americano, pero con banderas con esvásticas en el porche de su casa, y también se presentaba a la gente de a pie totalmente acostumbrada a las columnas de humo de las chimeneas de los crematorios. Un policía explica en una escena que la ceniza blanquecina que cae del cielo proviene de los tullidos y los enfermos terminales que se incineran los martes.
La construcción de ese mundo alternativo era, en parte, más interesante que la trama que contaba la serie, por lo menos al principio. Los dos supuestos protagonistas tardaban en mostrar algo de interés y, por contra, quienes sobresalían con rapidez eran el oficial de las SS John Smith y el ministro japonés de Comercio en San Francisco, el señor Tagomi. El primero tiene el encargo de acabar con cualquier amago de resistencia y, después, ha de seguirle la pista a esas misteriosas películas, mientras el segundo teme que la frágil Guerra Fría entre ambas potencias se caliente con la muerte de Hitler. Por supuesto, sus posiciones se verán comprometidas conforme avance la serie.
Esta se estrenó en 2015, en un momento bastante particular de la historia reciente de Estados Unidos. Donald Trump sería elegido presidente un año más tarde, convirtiendo de repente lo que mostraba El hombre en el castillo en algo mucho más cercano de lo que parecía porque su elección otorgaba cierto marchamo a organizaciones de extrema derecha que estaban ganando peso en el país. En 2016, por ejemplo, se fundarían los Proud Boys, que puede ser el grupo neofascista más conocido de todos ellos, y en 2017 se produciría un violento mitin de organizaciones supremacistas blancas en Charlottesville. La ficción no estaba tan alejada de la realidad.
De hecho, la promoción que Amazon organizó para el estreno de la serie también tuvo su dosis de controversia al forrar los vagones del metro de Nueva York con pósters que incluían la bandera de los Estados Unidos nazis, lo que provocó quejas de los usuarios hasta que el metro retiró la publicidad. Al menos, consiguió que al público le sonara la serie, que formaba parte de las primeras cosechas de producción original de Prime Video. Estas, además, tenían un funcionamiento diferente de lo habitual, ya que Amazon producía varios episodios piloto de proyectos diferentes y los colgaba en su web, de tal manera que los espectadores pudieran verlos y dar su opinión sobre ellos. La compañía, después, tomaba en consideración esos datos y decidía si producía una serie de aquel episodio en cuestión o no.
Ese sistema se abandonaría poco después, pero le sirvió a Amazon para tener, por ejemplo, Transparent y La maravillosa Sra. Maisel. También tuvo algún que otro paso en falso, como una serie postapocalíptica de Chris Carter llamada The After, que mezclaba el fin del mundo con historias bíblicas sobre el Apocalipsis. Aunque Amazon pidió una temporada completa, la falta de acuerdo sobre el rumbo que debía seguir la serie, más las discusiones sobre su presupuesto, llevaron a que fuera cancelada finalmente.
Probablemente, El hombre en el castillo fue la producción más cara y ambiciosa de aquel programa de pilotos. Se quedó un poco para fans del género, sin llegar a ser el gran título de Amazon que se esperaba, pero también capturó en su momento el sentir de la sociedad estadounidense bajo Trump de manera similar a como lo hicieron posteriormente El cuento de la criada y The good fight. Y como lo hace actualmente The Boys.
Los datos de la serie
Dónde verla: Prime Video.
Temporadas y capítulos: Cuatro, de diez episodios cada una.
Creador: Frank Spotnitz, basado en el libro de Philip K. Dick.
Reparto: Luke Kleintank, Rufus Sewell, Alexa Davalos, DJ Qualls, Joel de la Fuente, Cary-Hiroyuki Tagawa, Callum Keith Rennie.
Si quieres más
Leer: El hombre en el castillo, de Philip K. Dick, es el material de partida de la serie, publicado en 1962.
Ver: La conjura contra América imagina unos Estados Unidos en los que el piloto Charles Lindbergh, simpatizante nazi, derrota a Roosevelt en las elecciones de 1940.
Escuchar: Edelweiss, de Jeanette Olson, es la versión de la canción de Sonrisas y lágrimas que hace de cabecera de la serie.