'Doctor Who': la serie que es más grande por dentro
La venerable ficción de BBC cumple 60 años desde su primera emisión
Es más grande por dentro que por fuera. Eso es lo primero que dice cualquiera que pone un pie por primera vez en la TARDIS, la cabina de teléfonos azul en la que viaja por el tiempo y el espacio el Doctor. Es el primer indicativo de que no están ante un alienígena habitual y que las aventuras que se viven con él tampoco serán las esperadas, que es la seña de identidad más clara de toda una institución televisiva de Reino Unido, Doctor Who, que este año cumple 60 desde su primera emisión en BBC, el 23 de noviembre de 1963 (el día siguiente del asesinato de Kennedy).
La longevidad de esta ficción para toda la familia es realmente digna de estudio porque ha sobrevivido a todo tipo de vaivenes sociales, culturales, políticos y de dirección en la cadena pública británica, que lleva ya una larga temporada sobreviviendo como puede a la política de recortes presupuestarios impuesta por diferentes gobiernos conservadores desde David Cameron. Su estreno original respondió a la necesidad de tener algún programa que enseñara historia del Reino Unido a los niños de una manera entretenida, pero Doctor Who, rápidamente, empezó también a introducir a malvados aliens que querían acabar con él (y con toda la vida de la galaxia, de paso). Quienes vieron la serie en aquellos primeros capítulos no comprendían del todo qué estaba pasando allí, con un señor con pinta de profesor de novela de Dickens acompañado de su nieta y de dos profesores de un colegio cercano a donde había aterrizado la TARDIS.
Sin embargo, los niños se quedaron embelesados. Para ellos no era nada extraño, sino fascinante, y Doctor Who remontó unos inicios dubitativos para aguantar en antena hasta 1989, que se dice pronto. Lo consiguió, en parte, gracias a su idea de que el Doctor podía regenerarse cuando estaba llegando al final de su vida, adoptando otra cara y otras facetas de su personalidad. Fue una decisión obligada por la deteriorada salud de William Hartnell, su primer protagonista, que tuvo que abandonar la serie en 1966. Su sustituto fue Patrick Troughton y el público abrazó aquello sin mayor complicación, también porque cada nuevo Doctor aporta siempre algo nuevo y fresco a la ficción.
Esos años entre 1963 y 1989 se conocen como la era clásica de Doctor Who. Siete actores se pusieron a los mandos de la TARDIS entonces (además de Hartnell y Troughton, estuvieron Jon Pertwee, Tom Baker, Peter Davison, Colin Baker y Sylvester McCoy), pero muchas de las peripecias de los primeros doctores se han perdido porque no había costumbre de guardar todos los episodios de las series; las cintas se reciclaban (algo que ocurre también con ciertos primeros programas de TVE). No era una serie con un gran presupuesto, pero lo compensaba tirando de imaginación y de algo que se ha mantenido como una de sus características principales, que es la mezcla de lo cotidiano con lo extraordinario. Eso es algo que la era moderna ha potenciado.
¿Cómo que la era moderna? Sí, porque tras la cancelación en 1989, tras unos cuantos años de declive de audiencia y la sensación entre el gran público de que Doctor Who era una ficción infantil con monstruos cutres, la TARDIS durmió el sueño de los justos hasta 2005, cuando un joven guionista al alza, Russell T. Davies, consiguió su sueño de relanzarla para el espectador del siglo XXI. Había habido un intento de producir la serie en Norteamérica en 1996, con una tv movie protagonizada por Paul McGann, que no llegó a buen puerto, pero Davies tenía a sus espaldas el gran éxito de la Queer as folk original como prueba de que podía triunfar donde otros habían fracasado.
Y vaya sí lo consiguió. Mezclando un gran conocimiento y reverencia por la era clásica con la sensibilidad de una ficción televisiva que en 2005 estaba a punto de dar en el Reino Unido el mismo salto que había dado en Estados Unidos unos pocos años antes (entre 2004 y 2006 se estrenarían también Hustle y Life on Mars), más una clara deuda con Buffy, cazavampiros, Davies confió en un actor reputado como Christopher Eccleston para la nueva regeneración del Doctor. Todas las que han venido después han respetado siempre las bases de ese Noveno Doctor: curiosidad y entusiasmo por descubrir cosas nuevas, respeto ante cualquier forma de vida, fascinación por los humanos y, por debajo, cierta melancolía por estar siempre huyendo de su planeta natal, Gallifrey, y de su pueblo, los Señores del Tiempo. Él diría que no huye, pero es lo que se pasa toda la serie haciendo en realidad.
Aquella primera temporada también giraba el centro de la serie ligeramente hacia los companion, los humanos que acompañan al Doctor en sus aventuras. El viaje de Rose Tyler (Billie Piper) en la TARDIS y su evolución es casi más importante que la del Doctor porque siempre tiene que acabar lidiando con las personas que ha dejado atrás, en la Tierra, personas que siguen con su vida cotidiana mientras los acompañantes escapan de los daleks y para las que el tiempo no transcurre a la misma velocidad, o más bien sería al revés. Doctor Who es muy consciente de las consecuencias que viajar con el Doctor tiene para esos humanos, que van más allá del peligro en el que acaban metidos en el 90% de las ocasiones. Como afirma una de las acompañantes de Diez, Martha Jones (Freema Agyeman), el Doctor es como el fuego, brillante y fascinante, pero si te acercas demasiado a él, te quemas.
Esta era moderna de la serie es ya también una ficción longeva. El año que viene arrancará su 14ª temporada, con el Decimoquinto Doctor al frente. Este es Ncuti Gatwa, que representa la manera en la que la serie ha ido adaptándose a los nuevos tiempos y haciendo de la inclusividad y la diversidad una de sus grandes banderas. Trece fue una mujer, Jodie Whittaker, y por sus episodios han pasado personajes como Jack Harkness (John Barrowman), uno de los más populares, otro viajero temporal que liga tanto con mujeres, como con hombres, como con extraterrestres azules con antenas.
Harkness, de hecho, tuvo su propio spin-off de tono un poco más adulto, Torchwood, porque alrededor de la ficción hay todo un Whoniverse, como lo ha denominado BBC, que incluye series más infantiles, como The Sarah Jane Adventures y K-9, juveniles como Class, ficciones sonoras, cómics, libros y videojuegos. Incluso hubo una exposición de todo lo relacionado con ella en Cardiff, donde se rueda la era moderna, llamada Doctor Who Exhibition, como muestra de su gran popularidad (ahora es itinerante). Doctor Who llega a todos los públicos, ha hecho famosos a David Tennant, Matt Smith, Karen Gillan y Jenna Coleman, entre otros, ha confiado la TARDIS incluso a un enorme fan como Peter Capaldi y ha hecho gala siempre de un gran sentido de la aventura y la maravilla. Por eso resiste el paso del tiempo.
Los datos de la serie
Dónde verla: Prime Video (hasta la temporada 10), Disney+ (desde el 14º Doctor).
Temporadas y capítulos (era moderna): Trece, de entre trece y seis episodios, más varios especiales.
Creadores: Sydney Newman, C.E. Webber y Donald Wilson.
Reparto: Christopher Eccleston, David Tennant, Matt Smith, Peter Capaldi, Jodie Whittaker, Ncuti Gatwa, Billie Piper, Karen Gillan, Freema Agyeman.
Si quieres más
Leer: Doctor Who. El loco de la cabina, de Doc Pastor, es una guía sobre la era moderna de la serie.
Ver: Loki. Las peripecias en serie del hermano de Thor son claramente deudoras de Doctor Who con sus saltos por las diferentes líneas temporales.
Escuchar: Doctor Who theme, de Ron Grainer. El tema original fue arreglado por Delia Derbyshire en el Taller Radiofónico de BBC con esos elementos electrónicos que lo han convertido en un clásico.