'Constelación', historia de dos carreras espaciales
La serie de Apple TV+ es un thriller psicológico con una astronauta que cree estar perdiendo la cabeza
Es curioso que haya tan poca ficción ambientada en la Estación Espacial Internacional (o ISS a partir de ahora). El complejo lleva desde principios de los 2000 en órbita de la Tierra, acogiendo a una tripulación mayoritariamente estadounidense y rusa (aunque también vuelan astronautas de la Agencia Espacial Europea, Japón y Canadá) y realizando diferentes experimentos sobre fisiología humana, física, biología, etc. El proyecto ha atravesado épocas malas y otras mejores, y actualmente está en uno de sus momentos complicados por la crisis en las relaciones con Rusia derivada de la guerra de Ucrania y que la NASA dependa de compañías privadas para llevar a sus astronautas allí (principalmente, de SpaceX, la empresa de Elon Musk).
Por otro lado, es un lugar perfecto para que se genere drama. Tienes a, como mínimo, seis personas que pasan seis meses encerrados en una serie de módulos en los que tienen un horario muy organizado, sí, pero donde lo excepcional de su situación puede derivar en algunos problemas psicológicos. Y donde son muy conscientes de que la ISS les protege de la radiación exterior del espacio y de los impactos de micrometeoritos, pero siempre existe el riesgo de encontrarse con algún objeto que les obligue a abandonarla rápidamente si quieren salvar su vida.
Algo así ocurre al principio de Constelación, otra de las series de ciencia ficción en el catálogo de Apple TV+, y una que apuesta más por el thriller psicológico a la hora de contar su historia. Esta sigue a Jo, astronauta sueca que tiene que abandonar de urgencia la ISS con el resto de sus compañeros después de que la estación sufra un impacto de algo que no consiguen identificar. Por un problema con el sistema de soporte vital de una de las dos naves Soyuz que siempre están unidas al complejo, Jo debe quedarse sola unas horas en la estación vacía mientras sus compañeros se marchan en una de las cápsulas, mientras ella se va en la defectuosa. Sin embargo, algo ocurre en esas horas y, cuando, regresa a la Tierra, le parece estar en una versión alterada de su realidad.
Esa versión alterada implica que, por ejemplo, la relación de Jo con su marido y su hija no es la misma, que un tripulante de la ISS que debería de estar muerto está vivo y que Jo empieza a perder el contacto con la realidad y con el sentido del tiempo. ¿O está ocurriendo otra cosa? Porque antes del accidente en la estación, los astronautas estaban realizando un experimento del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA cuyo responsable está obsesionado con él. Quiere replicar algo que le pasó décadas atrás, en pleno apogeo de la carrera espacial entre Estados Unidos y la URSS, algo que generó una realidad alternativa que podría estar inmiscuyéndose en la suya.
Constelación juega con esa revelación durante los primeros episodios, construyendo la creciente paranoia de Jo como una secuela psicológica de su misión, pero todo resulta más interesante si se sabe desde el principio que, aunque ella no sea consciente, está atrapada en esa línea temporal paralela. Nadie se lo dice claramente, pero los capítulos muestran como tal su supuesto estrés postraumático, adentrándose en el terreno del thriller psicológico. Y en paralelo, el jefe del JPL y su homóloga rusa intentan que esa intromisión de la realidad alternativa no destruya todo por lo que han trabajado.
Así que tenemos una serie eminentemente de ciencia ficción contada con esos códigos del cine de espías y del misterio que, en realidad, no terminan de encajar del todo bien, por lo menos al principio. A veces, guardarse la revelación completa de lo que está pasando ahí para la mitad de la temporada resulta un error porque el espectador ya se ha dado cuenta de la verdad y no hace más que preguntarse por qué los personajes actúan de esa manera tan idiota, aunque sea coherente con la confusión extrema que experimenta Jo al principio.
En ese aspecto, es curioso que se estrenara solo unos pocos meses antes de otra ficción de Apple TV+ también sobre universos alternativos, Materia oscura, que en esta ocasión está protagonizada por un científico que investiga un aparato capaz de moverse entre diferentes líneas temporales paralelas que, sin embargo, abandona dicha investigación para casarse y formar una familia. O eso piensa él. Es otra que se empeña en no confirmar a su protagonista lo que el público sabe durante más tiempo del recomendable, haciendo que el personaje parezca un completo imbécil.
De todos modos, justo ese componente de thriller psicológico de Constelación, y la fuerza de la interpretación de Noomi Rapace, consiguen que la serie mantenga cierto interés. No el suficiente para que la plataforma la renovara por una segunda temporada, pero es otro ejemplo más del interés de Apple TV+ por la ciencia ficción, muy reseñable en un panorama en el que parecen mandar los thrillers puros y duros o las epopeyas épicas.
Eso sí, es reseñable que, por una vez, los entornos que veamos sean los de la sede del cuerpo de astronautas de la ESA en Alemania y las instalaciones rusas de lanzamiento de cohetes de Baikonur. Es un bienvenido cambio de tercio con respecto a las habituales series sobre el espacio centradas en la NASA.
Los datos de la serie
Dónde verla: Apple TV+.
Temporadas y capítulos: Una, de ocho episodios.
Creador: Peter Harness.
Reparto: Noomi Rapace, Jonathan Banks, James D’Arcy, Rosie y Davina Coleman, Barbara Sukowa, William Catlett.
Si quieres más
Leer: Lunáticos, de Andrew Smith, es un repaso por qué pasó con los astronautas que pisaron la Luna cuando retomaron sus vidas normales en la Tierra.
Ver: Salyut-7, de Klim Shipenko, dramatiza el accidente real de aquella estación orbital rusa en 1985.
Escuchar: Tellur, de Surrogate Sibling, es la canción que cierra todos los episodios.