'Avatar: la leyenda de Aang': en busca del equilibrio
El clásico infantil ha tenido ya un par de versiones en acción real
Da la sensación de que, para que una historia creada en animación para un público infantil/juvenil sea tomada en serio, tiene que tener una versión en acción real con un tono menos festivo y más “adulto”. Netflix lleva ya varias de estas traslaciones, algunas de animes clásicos como Cowboy Bebop, otras que se imbuyen del espíritu alocado del original como One Piece y otras que parecen tener como referencia los remakes con actores de carne y hueso que Disney está haciendo de algunos de sus clásicos, desde La Cenicienta a La sirenita.
En este último grupo entra más su versión de Avatar: la leyenda de Aang, una de las series infantiles más exitosas y premiadas de los últimos años. Crea un mundo de fantasía, de clara inspiración oriental, donde existen personas capaces de dominar uno de los cuatro elementos fundamentales de la naturaleza y, de entre todas ellas, surge una que puede dominarlos todos y, por tanto, está llamada a mantener el equilibrio. Sin embargo, la Nación del Fuego lo rompe al atacar a los demás maestros y conquistar su territorio. El avatar desaparece y el mundo queda a merced de los invasores durante un siglo.
Hasta que dos jóvenes de la Tribu Agua del Sur, Katara y Sokka, encuentran a un niño congelado en un iceberg que resulta ser Aang, el último superviviente de los maestros del aire y, de paso, el siguiente avatar en la línea. Su deber es enfrentarse a Sozin, el Señor del Fuego, para derrotarlo y devolver el equilibrio al mundo, pero Aang solo quiere divertirse y, además, aún no ha dominado ninguno de los otros tres elementos. Tendrá tres temporadas para conseguirlo.
El gran acierto de la serie animada es, precisamente, mostrar el proceso de maduración no solo de Aang, sino también de Katara y Sokka y hasta de su antagonista inicial, Zuko, desterrado de la Nación del Fuego y convencido de que su padre lo acogerá con los brazos abiertos si vuelve con el avatar. Las aventuras que van corriendo los llevan a conocer a personas y lugares con los que, de otro modo, jamás habrían tenido contacto y eso, consiguientemente, va haciendo que su modo de ver el mundo y a sí mismos evolucione.
El viaje de Aang para dominar el agua, la tierra y, finalmente, el fuego es también el suyo propio a aceptar su rol como avatar y esa frase repetida hasta la saciedad de las películas de Spider-Man de que un gran poder conlleva una gran responsabilidad. Lo que empieza como unas aventurillas simpáticas en las que él sale casi siempre airoso sin despeinarse, avanza hacia un épico enfrentamiento final con Sozin en el que Aang dejó hace tiempo de ser un niño. Avatar se vuelve un poquito más seria y oscura conforme los protagonistas se acercan a la Nación del Fuego y ahí está buen parte de su éxito.
Ese éxito, por cierto, la ha convertido en una de las franquicias que Paramount quiere explotar en su búsqueda de algo que la saque del bache en la que está metida (que incluye que la familia Redstone, propietaria de la compañía, la haya puesto en venta). Se anunciaron hace tiempo varias películas animadas que continuarían la historia de Aang y una serie sobre el siguiente avatar después de Korra, y luego está la versión en acción real que Netflix estrenó hace poco.
Esa ficción es un remake tal cual de los dibujos animados originales, pero comprimiendo la historia y el arco de los personajes porque tiene menos capítulos para desarrollarlos (la primera temporada tiene ocho). Para los fans, es una mejora con respecto a la película dirigida por M. Night Shyamalan porque, por ejemplo, se respeta que los personajes estén interpretados por actores que no sean caucásicos, pero el afán por “adultecerla” hace que se pierda parte del encanto tontorrón que enganchó a sus fans.
Ese es a menudo el riesgo de estas versiones en acción real de éxitos animados dirigidos a los niños, que se crea que la única manera de apelar a un nuevo público sea potenciar desde el principio el lado más serio y oscuro y olvidarse de que sus protagonistas no dejan de ser niños a su vez. Esta nueva Avatar: la leyenda de Aang oscila entre recuperar el sentido de la maravilla y la diversión de Aang o, directamente, presentarlo como el avatar serio y responsable que acabará siendo más adelante.
Afronta la misma búsqueda del equilibrio que el propio Aang, y ya depende de cada espectador decidir si lo consigue o no. Parte de sus problemas vienen de que las plataformas de streaming han institucionalizado un modelo de producción con pocos episodios por temporada y, si pueden, también pocas entregas para reducir lo que les deberían pagar a los creadores de las series (centro de las huelgas que guionistas y actores siguieron el pasado verano). Eso provoca que haya que comprimir el ocho capítulos la evolución de personajes vista en veinte, y se acaba notando.
Los datos de la serie
Dónde verla: Netflix, SkyShowtime y Pluto TV.
Temporadas y capítulos: Tres, de entre veinte y 21 episodios.
Creadores: Bryan Konietzko y Michael Dante DiMartino.
Reparto (voces): Zach Tyler Eisen, Mae Whitman, Jack De Sena, Dante Basco, Michaela Jill Murphy, Mako.
Si quieres más
Leer: Avatar: the last airbender: legacy, de Michael Teitelbaum, es un libro en el que propio Aang recuerda su vida y su legado para su hijo, Tenzin, que de adulto será el mentor de Korra, la siguiente avatar.
Ver: La leyenda de Korra es la continuación de la historia a través de la sucesora de Aang.
Escuchar: Main theme, a cargo de Jeremy Zuckerman.
Por desgracia, hay muy poco en castellano sobre la serie. Igual alguno de los cómics de Aang están traducidos, pero no estoy segura.
Que pena que el libro que has comentado en Leer, no esté disponible en español. Buena reseña de una serie maravillosa.