'Andor': así se crea una rebelión
La precuela de 'Star Wars' es la mejor serie de la franquicia
Hasta que Disney compró Lucasfilm, el universo de Star Wars en audiovisual se ceñía a la trilogía original y las precuelas rodadas por George Lucas, dos películas infantiles con los ewoks y dos series animadas, una centrada en CP-3O y R2-D2 y otra, en los ewoks. Esas series se habían producido en los 80 y La venganza de los sith, la última de las precuelas, se había estrenado en 2005. Desde entonces, nada. Sí habían continuado los videojuegos y los libros, que probaban que había aún un gran potencial en la saga que Disney pensaba exprimir hasta la última gota.
Los primeros anuncios de esa explotación llegaron en la forma de una nueva trilogía cinematográfica, varias series de animación y varias películas de antología que explorarían diferentes aspectos de las obras de Lucas que se mencionaban de pasada en los episodios IV, V y VI. Uno de esos aspectos era la misión que había conseguido los planos de la Estrella de la Muerte, que Mon Mothma y el capitán Akhbar despachan en Una nueva esperanza recordando a todos los rebeldes que dieron su vida por robarlos.
Era, claramente, la mejor opción para iniciar esas películas de antología. Se tituló Rogue One, mostraba cómo se había formado el comando que se había infiltrado en una instalación imperial de alto secreto para extraer dichos planos y entre sus miembros figuraba un tal Cassian Andor que debía de ayudar a la protagonista de la película, Jyn Erso, a completar la misión. A Cassian se le presenta como un miembro establecido de la Alianza Rebelde, y muy comprometido, pero, ¿de dónde viene semejante compromiso?
Aquí entra en escena Andor, una de las múltiples series sobre Star Wars que Disney produce para Disney+. Las anteriores a esta, The Mandalorian y Obi-Wan Kenobi, son aventuras que tiran de escenarios y personajes con los que el público ya está familiarizado de la trilogía original y con tonos muy similares. Sin embargo, Andor apuesta por algo un poco más diferente y que, al principio, pasa un poco desapercibido, que es meter un thriller político y de espías en la historia de cómo se formó la Alianza Rebelde contra el Imperio Galáctico. La respuesta está más cerca de The Americans que de The Mandalorian.
Sus doce episodios se estructuran en bloques de tres capítulos, aproximadamente, en cada uno de los cuales vemos a Andor completar una tarea o superar una situación que lo sitúa más cerca de una rebelión de la que, al principio, no quiere saber nada. Hasta acaba en una prisión imperial con un look sacado directamente de THX 1138, la primera película de George Lucas. Todo está dirigido desde las sombras por un misterioso tipo que, en Coruscant, capital del Imperio, opera desde una tienda de antigüedades, y que maneja una red de espías y operativos que llevan a cabo acciones diversas que buscan provocar la chispa de la revolución.
Allí se mueve también la senadora Mon Mothma, a quien cada vez le cuesta más mantener los malabarismos de ayudar a la resistencia y, en el senado, trabajar como si nada. Esta subtrama es una de las más interesantes de Andor porque añade un componente político que solo se vio un poco en La venganza de los sith. Y luego tenemos al propio Imperio, a quien se nos presenta como una maquinaria que sigue en marcha gracias a funcionarios y oficiales de nivel medio.
Esos funcionarios no son malvados que siguen las órdenes directas de Palpatine; son simplemente personas con un trabajo que se esmeran en cumplir. Encontramos entre ellos a Dedra Meero, tenaz y obstinada oficial a quien nadie presta atención, pero que se da cuenta de que algo se esta moviendo en los confines del Imperio y se dedica a perseguir el rastro de unos cabecillas cuya existencia solo deduce. Gente atrapada entre decisiones imposibles, agentes dobles, las minucias financieras o técnicas que pueden desvelar antes de tiempo un plan… Andor construye su historia sobre los aspectos del día a día imperial que los Skywalker nunca viven.
Se nota la mano de su creador, Tony Gilroy, a quien Lucasfilm llamó a remontar y regrabar algunas escenas de Rogue One y que es también conocido por los guiones de varias películas de Jason Bourne y por Michael Clayton, un thriller legal por el que estuvo nominado al Oscar como director y como guionista. Gilroy se fija en la maquinaria imperial que cada vez oprime un poco más a gente corriente en diferentes planetas y en las semillas revolucionarias que surgen de ahí.
Es una serie de Star Wars que, al mismo tiempo, podría ser perfectamente una historia de disidentes, rebeldes y espías bajo el yugo de cualquier régimen totalitario. La tesis de la ficción se expone perfectamente en el último discurso del personaje de Fiona Shaw, que vive en un planeta de obreros y chatarreros que se harta de ser reprimido constantemente. Si La venganza de los sith mostraba cómo moría la democracia, Andor enseña cómo nace la revolución.
Los datos de la serie
Dónde verla: Disney+.
Temporadas y capítulos: Una, de doce episodios (está renovada para una segunda temporada).
Creador: Tony Gilroy, basada en la película Rogue One, de Gareth Edwards.
Reparto: Diego Luna, Adria Arjona, Denise Gough, Kyle Soller, Stellan Skarsgaard, Fiona Shaw, Faye Marsay.
Si quieres más
Leer: Star Wars: Rebel rising, de Beth Revis. Cuenta las primeras misiones, antes de unirse a los rebeldes, de Jyn Erso, la protagonista de Rogue One.
Ver: Star Wars: Rebels. Fue la primera serie animada de este universo tras la compra de Disney y sigue a un grupo de contrabandistas, y a un joven que podría tener la Fuerza, en los primeros compases de la rebelión contra el Imperio Galáctico.
Escuchar: Chewbacca, de Supernova. Es una de las muchas canciones dedicadas a Star Wars, pero solo esta suena en Clerks, cuyos protagonistas son fanboys de primera.